Comienza el año II después de Dios (2 d. D.). Fotografiado hasta el cansancio, las imágenes que entregó Diego Armando Maradona portan todas una potencia inefable, al borde de lo sobrehumano. La cuenta de Twitter @maradonoir realiza un trabajo singular: selecciona entre miles las que sintetizan, con claroscuros, una interpretación de mundo y un momento en la vida Fórmula 1 que gastó el pibe de Fiorito. “De una patada”, como él siempre decía, terminó en la punta de la Torre Eiffel.
Comienza el año II después de Dios (2 d. D.) y abundan las series, las películas. Una sobreoferta de imágenes que no termina de ahogar el Diego que cada uno íntimamente proyecta. Diego después de Diego. Diego después de las grietas.
El héroe se convierte en un antihéroe de su propia causa. La frontera entre buenos y malos se derrite. La moral es una trampa perfecta
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La vida como película, como relato. Una idea propia de estetas. Emular en la propia vida conceptos y afecciones de la experiencia estética. Si a los hechos ya transformados en leyenda, los goles perfectos del jugador único, una personalidad intempestiva y vulnerable a un tiempo, un carisma sin parangón, sumamos el azar de los números redondos, tenemos el guión para hacer no una sino varias películas. Diego nació el 30 del 10 de 1960 y murió en el año 2020 (a. D.).
El cine noir experimenta con la manipulación de las sombras para configurar y narrar la psicología de personajes, disponer las situaciones. De fondo, los filmes negros suelen especular sobre las motivaciones más bien ambiguas de la existencia. El héroe se convierte en un antihéroe de su propia causa. La frontera entre buenos y malos se derrite. La moral es una trampa perfecta. Los finales noir suelen ser agridulces, cuando no amargos.
@maradonoir publica imágenes de Diego a las que coloca el título de una película y su año de estreno. Con inteligencia y humor se unen fotos de diversas épocas del futbolista con títulos que parecen conversar con el momento en que fue capturada la imagen. Arriba, junto al preparador físico Fernando Signorini, en la provincia de La Pampa en el autoimpuesto retiro para llegar entero a USA 94´. Los niños del maizal. Salir por un rato del túnel de las adicciones para volver a alzar la gloria. Esa película negra termina en Boston, con la enfermera Sue Carpenter haciéndose famosa para siempre.
“Fue la mano de Dios”, del cineasta napolitano Paolo Sorrentino, acaba de ser estrenada en el Festival de Mar del Plata. Cuando el realizador tenía 17 años sus padres murieron por un escape de gas. Según ha contado el director de “La grande bellezza”, él siempre le pedía a sus viejos poder ir a ver al Nápoli cuando jugara de visitante, algo que no le era permitido. Finalmente puede ir a ver un Empoli vs Nápoli. Gracias a ese viaje, impulsado por la presencia de Maradona en cancha, Sorrentino esquivó el destino y salvó su vida. Sus padres murieron por inhalación de gas en la montaña. Buena crítica despertó el film de Sorrentino en MdP.
“El silencio es un cuerpo que cae”. El gran título que tiene la gran película de la cordobesa Agustina Comedi. Diego junto al David, congelado en su plenitud eterna, firmando un autógrafo, siempre ligeramente apartado del montón. La juventud es el cuerpo. Envejecer, el silencio que la caída del cuerpo abre.
Puede reconocerse en el cine negro la presencia de la femme fatale. Una mujer total que las engloba a todas, la madre de las sombras. “Married to the mob” puede traducirse como casada con la multitud. En el mercado hispano la película fue titulada “Casada con la mafia”.
Otro gesto del cine noir está vinculado con la fatalidad. En ocasiones, el antihéroe termina golpeado, incomprendido. En el peor de los casos, muriendo en un impersonal country del conurbano, con una baño químico en la habitación. Ojalá que este año 2 d. D. sea mejor que el primero. Al menos traiga un poco de consuelo.
