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06 de julio 2023

Lucía Aisicoff

SIN MANUALES PARA EL CAMBIO

Tiempo de lectura: 4 minutos

Horacio Rodríguez Larreta siguió al pie de la letra la doctrina del focusgroup. Era un robot, así que se suavizó, practicó surf y filmó videos descontracturados. Lo quisieron más canchero, así que se declaró “swiftie” en un guiño a las fans de la cantante y describió al Duki como la esperanza del país soñado. También le sugirieron que en lugar de hablar de “ampliar” el espacio, lo aplicara en la cancha. Y lo hizo: pobló sus listas con Espert, Pichetto, halcones, lilitos y, aunque le faltó Schiaretti, en el sprint final logró sumar a Manes. En esa cruzada por acumular “volumen político” cerró al gobernador de Jujuy y presidente de la UCR como compañero de fórmula. Gerardo Morales, una paloma que se reveló halcón, tuvo el ok del comando de campaña larretista, donde concluyeron que las detenciones arbitrariasy la represión podían resultar útiles para mostrar a un Horacio al que no le tiembla el pulso. El problema de Larreta es que quedó atrapado en una campaña que no lo representa. No hay manual: ahora deambula incómodo entre su enojo con la “Argentina absurda” y la alegría porque se viene el cambio de nuestras vidas.

Patricia Bullrich ensaya una comunicación política más exitosa con las promesas de atropellar “kukas” y llevarse puesto a su rival por tibio. El giro xenófobo de hace unos días, cuando divulgó datos falsos sobre la cantidad de extranjeros que ocupan universidades argentinas, no parece haberla perjudicado. Luis Petri, el vice que le consiguieron a su imagen y semejanza para potenciar una campaña muy personalista, salió a reforzar la idea cuando criticó a los “tours sanitarios” de extranjeros en hospitales públicos. No se trató de errores estadísticos, sino de la utilización de números que calzaban perfecto en sus preconceptos sobre el tema. Patricia pidió disculpas a su modo, aunque no le dio mucha trascendencia al error. “Ella es su verdadera jefa de campaña”, recuerdan a su lado, más allá de los hombres que la asesoran y acompañan. Escucha sugerencias de estilo y acepta grabar spots guionados, pero se mueve suelta en discusiones donde dice lo que piensa. Rechaza los manuales: no es tiempo de obedientes -cree Patricia- sino un momento para sobreactuar liderazgo y aprovechar el clima de época.

El problema de Larreta es que quedó atrapado en una campaña que no lo representa. No hay manual: ahora deambula incómodo entre su enojo con la “Argentina absurda” y la alegría porque se viene el cambio de nuestras vidas

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A juzgar por varias encuestas, hoy habría un empate técnico entre Larreta y Bullrich. Sin embargo, en el imaginario social, el jefe de Gobierno corre de atrás. Los que hasta hace un año lo veían como el presidente inevitable, hoy tienen dudas. En su entorno aseguran que nada está dicho. Larreta tiene aparato y ganó un envión con la victoria de Marcelo Orrego este domingo en San Juan, mientras espera sumar un triunfo más importante si Maximiliano Pullaro vence a Carolina Losada el 16 de julio en Santa Fe. La interna de esa provincia mantiene en vilo al PRO, con Bullrich y Mauricio Macri apostando todo a favor de la ex periodista. Losada acusó a su rival de tener vínculos con el narcotráfico y ya avisó que, si pierde, no lo acompañará para la elección general. Un escenario que sería el peor augurio sobre cómo se ordenará la interna entre Larreta y Bullrich después de agosto.

La interna del PRO recorre un terreno de agresividad inédita. La dinámica siempre es la misma: ella ataca, sin costo, y Larreta manda a alguien a responder. Varía el objeto de disputa, esta semana fueron las horas de clase en la Ciudad, pero antes eran los operativos de seguridad o las vallas en la puerta de Cristina Kirchner. La discusión de fondo es porque tienen ideas distintas sobre cómo encarar un programa compartido. Es decir: a qué velocidad y con quién asociarse para el ajuste. Bullrich repite que sólo se logra aplastando peronistas y Larreta insiste en la construcción de una nueva mayoría, apelando a la complicidad de muchos de ellos. Patricia ya avisó que sus aliados serán los legisladores que meta Javier Milei y ve como ganancia el retroceso del libertario, golpeado por las acusaciones de compra de lugares en sus listas y las elecciones penosas de sus candidatos en las provincias.

Losada acusó a su rival de tener vínculos con el narcotráfico y ya avisó que, si pierde, no lo acompañará para la elección general. Un escenario que sería el peor augurio sobre cómo se ordenará la interna entre Larreta y Bullrich después de agosto

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Sergio Massa mira con pochoclos la pelea que amenaza la situación electoral de JxC y también se regocija con el mal momento de Milei. Ve ahí la oportunidad de ser el candidato más votado en las primarias. aunque alimenta lo suficiente al libertario para que el desplome no sea total. De a poco, engrosa su checklist de espíritu catch-all: sumar a Scioli, sumar los restos de albertismo, sumar intendentes, sumar gobernadores, sumar a Wado de Pedro como jefe de campaña, sumar a los desgarrados que primero optarán por Grabois, sumar a los movimientos sociales que hasta ahora juegan a dos puntas.

Sergio no besará bebés a diario, ni abrazará jubilados ni recorrerá pymes del Conurbano. Su campaña debe ser la gestión. Por eso, espera ansioso que este domingo se concrete la foto con Cristina y Alberto en la inauguración del Gasoducto Néstor Kirchner. Quiere transmisión especial y mucha carga simbólica frente a este hito de la gestión que presentará en sociedad un 9 de julio. Con la vice y el presidente a su lado, está convencido de que tendrá la oportunidad que sus antecesores no supieron aprovechar. No sentirá el vacío de Scioli en 2015, porque lo tiene a Wado en la campaña. De ganar, tampoco será un Alberto en la gestión, porque él sí tiene carisma y ambición personal. Es la mejor versión de Massa, el paciente y maduro que esperó su oportunidad y ahora cumple el paso a paso. El único traspié puede ser que, al igual que la oposición, al peronismo hoy tampoco le quedan manuales.

Sergio no besará bebés a diario, ni abrazará jubilados ni recorrerá pymes del Conurbano. Su campaña debe ser la gestión. Por eso, espera ansioso que este domingo se concrete la foto con Cristina y Alberto en la inauguración del Gasoducto Néstor Kirchner

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