
LEONARD COHEN: VEINTISIETE POEMAS DE UN PROFETA MARRANO
Traduzco cuando estoy terminando un libro. Así de inexplicable, así de lúdico, así de técnico. Es una forma que encontré de relajar la mente entre las implicancias y problemas de cerrar un libro. Traducir es un juego de palabras, la búsqueda del sentido en el sin-sentido de traspasar una expresión de una lengua a otra. El lenguaje es maleable, como la mente, y la traducción es el ejercicio por antonomasia de la maleabilidad de la palabra.
Leonard Cohen ha sido desde chico el profeta de mis noches. Un profeta marrano: su poesía, su lírica, su textura en la voz y el lenguaje parecen llevarnos de un mundo a otro, pero en ello esconde su espíritu marrano. Lo que se oculta debajo de sus ropajes de etiqueta es el palimpsesto de mil vidas, de la melancolía y de la noche; pero al mismo tiempo, la suposición de elevación que en realidad es caída: Leonard Cohen nos baja a los infiernos del lenguaje, y allí nos deja a la deriva.
Estas traducciones son un viaje a la deriva. No intenten salir, es una trampa.

No volver (Not going back)
Ha sido difícil desde que abandoné El Jardín
no me siento bien en mis ropas
pero no le doy la mano al Guardaparques
y no voy a volver a la rosa
y extraño el vicio de un hombre como Cristo
y hay demasiados Arthur Rimbauds
pero no voy a volver al Paraíso
y no voy a volver a la rosa.
Regalo (Gift)
Me decís que el silencio
es más cercano a la paz que los poemas
pero si por mi regalo
te traje silencio
(porque conozco el silencio)
me dirás:
“esto no es silencio
sino otro poema”
y me lo devolverías.
El borracho no tiene género (The drunk is gender-free)
Esta mañana desperté otra vez
le doy gracias a Dios por eso
el mundo es un chiquero
por lo que tengo que usar un sombrero.
Amo a Dios y lo alabo
lo perdono a Dios
y espero no arrepentirme
por permitirle vivir.
Sé que te gusta que me emborrache
y te reís de lo que digo
soy feliz de que lo hagas
porque estoy sediento cada día.
Estoy furioso con el ángel
que me pellizcó el muslo
y me hizo enamorar
de cada mujer que pasa delante de mí.
Sé que son tus hermanas
tus hijas, madres, esposas
si he dejado a una mujer afuera
entonces me disculpo.
Es divertido correr al cielo
si estás fuera de la huella,
Dios es un diablillo cuando
lo tuviste sobre tu espalda
Dios es un diablillo
también es mujer
también es un lugar vacío
también es tu rostro.
Puede E. chocar contra tu templo
y mirar a través de tus ojos
y enamorarte
con todos los que desprecias.
Qué decir de Leonard Cohen. Que Julio Cortázar era fan, por ejemplo.
Pero estamos hablando -escribiendo, de rigor- sobre un artista, de un músico en particular y su mundo, y como tal, no hay objetividades que valgan. Estamos hablando de un poeta, de un hombre de letras, que se atrevió hasta la narrativa. Un canadiense de origen judío que su talento todo lo abarcó. Entonces, volviendo a las subjetividades, limitaré estas pocas líneas a contar dos anécdotas personales al respecto y cómo desde allí, el impacto que tuvo Leonard Cohen con sus voz y su pluma, llenaron mi mundo. El mundo. El suyo, también. Uno gris (no por su vida personal que fue, diremos óptima), sino el mundo real: opaco, apenas pincelado con algún brillo o tachado con fibrones negros. Como lo hizo Omar Chabán el perfil de Cohen, Soy tu hombre de de la ensayista Sylvie Simmons. Y aquí doy comienzo a las historias personales que me unen, además de mi amor por su obra. Chabán estaba internado (y en prisión) en el Hospital Santojanni por su dolencia que finalmente se lo llevaría de este mundo. Lo visitaba regularmente y le llevaba libros, qué más. Así como se puso muy feliz cuando vio el de Cohen, me entero más tarde por una entrevista que había odiado el libro. Cuando vuelvo a verlo, estaba todo escrito, subrayado y hasta maltratado, un libro doblado, marcado, MUY leído y analizado. Saber que la vida de Cohen fue de los últimos títulos que leyó Omar Chabán, me emociona particularmente.
La otra anécdota personal. “I’m Your Man”, el disco que sería finalmente el título también de este libro que hablamos, sale a principios de los 90 o fines de los 80. Ciro Pertusi queda desde espantado hasta sorprendido cuando le pregunto qué suena. Sin contestarme, se levanta, me trae este disco al tiempo que me dice: “Llevalo, escuchalo, luego lo hablamos”. Así lo conocí: me lo llevé, lo escuché y lo perdí. No lo conseguí, para compensar le compré Generator de Bad Religion que recién salía. Con los años lo encontré. “Quedateló”, dijo Pertusi, “esto es música, yo a Cohen lo tengo el corazón”.
“Ven pronto, comediante del palomar viejo, pedacito de cielo azul, culito lindo, aquí en esta silla y ahora haré café para todos, ristretto, che, ristrettisimo como un pequeño cuadro de Chardin, toda sustancia y luz y perfume. Café que condensa la magia de la noche como esas canciones de Leonard Cohen que me regaló Francine y que tanto amo”, escribió Julio Cortázar en Libro de Manuel.
LALA TOUTONIAN
La música se deslizó por nosotros (The music crept by us)
Me gustaría recordar
la gerencia
en la que las bebidas son diluidas
y la encargada del guardarropas
tiene sífilis
y la banda esta conformada
de antiguos monstruos de las SS.
Sin embargo, ya que es
víspera de Año Nuevo
y tengo cáncer de labio
colocaré mi
sombrero de papel sobre
mi conmoción,
y bailaré.
Democracia (Democracy)
Está llegando a través de un agujero en el aire
desde esas noches en plaza Tiananmen.
Está llegando de la sensación
que no es exactamente real,
o es real, pero no está exactamente ahí.
De las guerras contra el desorden,
de las sirenas que suenan noche y día;
del fuego de los vagabundos
de las cenizas de los homosexuales;
la Democracia está llegando a los Estados Unidos.
Está llegando a través de la grieta en la pared,
en una inundación visionaria de alcohol;
de la recuenta abrumadora
del Sermón de la Montaña
que no pretendo comprender en absoluto.
Está llegando desde el silencio
en el muelle de la bahía,
del valiente, audaz, maltratado
corazón de Chevrolet:
la Democracia está llegando a los Estados Unidos.
Está llegando de la tristeza de la calle,
los lugares sagrados en donde las razas se encuentran;
de la puta homicida
que desciende por cada cocina
para decidir quién servirá y quién comerá.
De los pozos de la decepción
donde las mujeres se arrodillan a rezar
por la gracia de Dios en este desierto
y en el lejano desierto:
la Democracia está llegando a los Estados Unidos.
¡Navega, navega
poderoso barco del Estado!
hacia las orillas de la necesidad
más allá de los arrecifes de la codicia
a través de las ráfagas de odio
Navega, navega.
Está llegando primero a América,
la cuna de lo mejor y de lo peor.
Es aquí donde consiguieron el campo
y la maquinaria del cambio
y es aquí donde consiguieron el apetito espiritual.
Es aquí donde la familia está rota
y aquí está la solitaria palabra
en la que el corazón tiene que abrirse
de manera fundamental:
la Democracia está llegando a los Estados Unidos.
Está llegando desde las mujeres y los hombres.
¡Oh baby!, volveremos a hacer el amor.
Bajaremos tan profundo
que el río llorará,
y la montaña gritará ¡Amén!
Está llegando como la inundación de la marea
bajo el balanceo de la luna,
imperial, misteriosa,
en una amorosa diversidad:
la Democracia está llegando a los Estados Unidos.
¡Navega, navega
poderoso barco del Estado!
hacia las orillas de la necesidad
más allá de los arrecifes de la codicia
a través de las ráfagas de odio
Navega, navega.
Soy un romántico, si sabes a qué me refiero:
amo el país pero no soporto el lugar.
Y no soy ni izquierda ni derecha
sólo me quedaré en casa esta noche,
perdiéndome en esta pequeña pantalla sin esperanza.
Pero soy resistente como esas bolsas de basura
que el tiempo no puede descomponer,
soy una porquería pero sigo aguantando
este pequeño ramo salvaje:
la Democracia está llegando a los Estados Unidos.
Ruiseñor (Nightingale)
Construí mi casa junto a la montaña
así podía escucharte cantar
y era agradable y era bueno
y el amor siempre comenzaba
Que te vaya bien mi ruiseñor
fue hace mucho tiempo que te encontré
ahora todas tus bellas canciones se quebraron
el bosque se cierra a tu alrededor
El sol cae detrás de un velo
será ahora que me estás llamando
descasa en paz mi ruiseñor
debajo de tu rama de acebo
Que te vaya bien mi ruiseñor
yo vivía pero para estar cerca de vos
aunque sigas cantando en alguna parte
ya no puedo escucharte.
La obra de Leonard Cohen es la mejor prueba para demostrarles a los incrédulos lo irrefutable: que Dios existe. Cohen no es nada sin Dios. Como no es nada sin Federico García Lorca. Cohen, Lorca, Dios, no importa el orden. Divina trinidad poética.
PABLO MARCHETTi
Nada que pueda perder (Nothing I can lose)
Cuando dejé la casa de mi padre
el sol estaba a medio camino
mi padre lo sostuvo en mi mentón
como un botón de oro.
Mi padre era un estafador
un mago, un tramposo, un mentiroso,
pero ese fue su mejor engaño,
y nos despedimos con un beso en llamas.
Una milla por encima de las Cataratas del Niágara
una paloma me dio la noticia
de su muerte. No fallé un paso,
no hay nada que pueda perder.
Mañana inventaré un truco
no lo sé esta noche,
el viento, el poste me dirá qué
y la amigable luz cegadora.
Primero tomamos Manhattan (First we take Manhattan)
Me guía una señal en los cielos. Me guía la marca de nacimiento en mi piel. Me guía la belleza de nuestras armas. Primero tomamos Manhattan, luego tomamos Berlín.
Me sentenciaron a veinte años de aburrimiento por tratar de cambiar el sistema desde adentro. Ahora estoy llegando, ahora voy a recompensarlos. Primero tomamos Manhattan, luego tomamos Berlín.
Realmente me gustaría vivir a tu lado, baby. Amo tu cuerpo y tu espíritu y tus ropas. ¿Pero ves esa línea que se mueve a través de la estación? Te lo dije, te lo dije, te dije que soy uno de esos.
Me amaste como a un perdedor, pero ahora te preocupa que pueda ganar. Conocés la forma de detenerme, pero no tenés la disciplina. Cuántas noches recé por esto, para permitir que mi trabajo comience. Primero tomamos Manhattan, luego tomamos Berlín.
No me gustan tus negocios de moda, señor. No me gustan esas drogas que te mantienen delgada. No me gusta lo que le pasó a mi hermana. Primero tomamos Manhattan, luego tomamos Berlín.
Realmente me gustaría vivir a tu lado, baby. Amo tu cuerpo y tu espíritu y tus ropas. ¿Pero ves esa línea que se mueve a través de la estación? Te lo dije, te lo dije, te dije que soy uno de esos.
Y te agradezco por las cosas que me mandaste: el diablillo y el violín de madera terciada. He practicado cada noche y ahora estoy listo. Primero tomamos Manhattan, luego tomamos Berlín.
¿Me recuerdas? Yo solía vivir de la música. ¿Me recuerdas? Te traía las provisiones. Es el día del padre, y están todos heridos. Primero tomamos Manhattan, luego tomamos Berlín.

EL amor es un fuego (Love is a fire)
El amor es un fuego
quema a todos
desfigura a todos
es la excusa del mundo
para ser desagradable
Amén (Amen)
Cuéntame otra vez
cuando estuve en el río
y me quitó la sed
cuéntame otra vez
estamos solos y te estoy escuchando
te estoy escuchando tan fuerte que lastima
cuéntame otra vez
cuando estoy limpio y sobrio
cuéntame otra vez
cuando he visto a través del horror
cuéntame otra vez
cuéntame una y otra vez
cuéntame que me quieres entonces
amén.
Cuéntame otra vez
cuando las víctimas están cantando
y las leyes del remordimiento sean restauradas
cuéntame otra vez
que sabés lo que estoy pensando
pero la venganza le pertenece a Dios
cuéntame otra vez
cuando estoy limpio y sobrio
cuéntame otra vez
cuando he visto a través del horror
cuéntame otra vez
cuéntame una y otra vez
cuéntame que me quieres entonces
amén.
Cuéntame otra vez
cuando el día sea liberado
y la noche no tenga derecho a comenzar
inténtalo otra vez cuando los ángeles estén jadeando
y rasguñando la puerta para entrar
cuéntame otra vez
cuando estoy limpio y sobrio
cuéntame otra vez
cuando he visto a través del horror
cuéntame otra vez
cuéntame una y otra vez
cuéntame que me quieres entonces
amén.
Cuéntame otra vez cuando la inmundicia del carnicero
se lava en la sangre del cordero
cuéntame otra vez
cuando el resto de la cultura
haya pasado a través del ojo del Lager
cuéntame otra vez
cuando estoy limpio y sobrio
cuéntame otra vez
cuando he visto a través del horror
cuéntame otra vez
cuéntame una y otra vez
cuéntame que me quieres entonces
amén.
Cuando uno escucha al canadiense Leonard Cohen lo que se percibe con muchísima claridad es la voz de un poeta. ¿Qué es un poeta? Bueno, alguien que busca conquistar las mayores aventuras humanas en relación a las palabras, los sonidos y el lenguaje. Y, por supuesto, que trata de alcanzar una pronunciación particular. Cohen tiene eso que puede definirse como Golden Voice. Entonces, es desde la poesía que Cohen aborda y se mete con la música y el formato canción. Él es de esos casos, como el Indio Solari que tenía 35 años cuando salió Gulp!, por ejemplo, de rockeros que empezaron, digamos, “de grandes”. Esto se debe a que la literatura fue su único, principal y constante amor. Tocar la guitarra y cantar frente a grandes audiencias y entrar en los libros de historia del rock en Occidente es algo, simplemente, circunstancial. El Caso Cohen es notable en ese sentido: llegar a construirse todo un estilo dentro del formato lírica de canciones porque ya venía con todo un caudal detrás que se manifestaba en lecturas y libros escritos. Luca Prodan era fan de la novela Hermosos perdedores, sin ir más lejos. Ser anfibio que siempre buscó dos cosas que también lo volvían un poeta: encontrar esa palabra que es insustituible, marcada a fuego, porque para la poesía no existen los sinónimos. Y después comprender que siempre se trabaja con el tiempo a tu favor, es decir, que un poeta nunca es un ancla de su tiempo sino un barco que trae noticias del futuro. Las canciones de Cohen generan ese efecto de traer la sabiduría y verdades atemporales. Por eso, escucharlo, como escuchar a Bob Dylan, Lou Reed y Johnny Cash, es fortalecer una parte que es la más humana: aquella que quiere acceder a una metafísica cotidiana montada en una tabla de salvación llamada poesía
WALTER LEZCANO
Vos sabés quién soy (You know who I am)
No puedo seguirte mi amor
y vos no podés seguirme,
soy la distancia que pusiste entre
todos esos momentos que seríamos.
Vos sabés quién soy
has comenzado ante el sol
soy el que ama cambiar
de nada a uno.
A veces te necesito desnuda,
a veces, te necesito salvaje
necesito que lleves a mis hijos
necesito que mates al niño.
Si alguna vez me rastreas
allí me rendiré
y dejaré contigo a un hombre roto
que te enseñaré a reparar.
Vos sabés quién soy
has comenzado ante el sol
soy el que ama cambiar
de nada a uno.
Hallelujah
Escuché que había un acorde secreto
que David tocaba para complacer a Dios
pero realmente no te importa la música, ¿verdad?
Dice así: el cuarto, el quinto
la pequeña caída, la gran subida;
el rey perplejo componiendo ¡Hallelujah!
Tu fe era fuerte pero necesitabas pruebas.
La viste bañarse en el techo;
su belleza y la luz de la luna te derrotaron.
Ella te amarró a una silla de cocina
ella rompió tu trono, y cortó tu pelo,
y desde tus labios ella dibujó ¡Hallelujah!
Dices que tomé el Nombre en vano;
y ni siquiera sé el nombre.
Pero si lo hice, bueno, de verdad, ¿qué te importa?
Hay un resplandor de luz en cada palabra;
no importa lo que escuchaste,
lo santo, o lo quebrado, ¡Hallelujah!
Hice lo mejor que pude; no fue mucho.
No podía sentir, así que aprendí a tocar.
Te dije la verdad, no vine a engañarte.
Y aunque todo salió mal,
me pararé ante la canción de Dios
con nada en mis labios excepto ¡Hallelujah!
Baby, he estado antes aquí.
Conozco este cuarto, he caminado este piso.
Solía vivir en soledad antes de haberte conocido.
He visto tu bandera en el arco de mármol,
pero el amor no es una marcha de la victoria
es un frío y roto ¡Hallelujah!
Hubo un tiempo que me dejaste saber
lo que realmente estaba pasando por debajo
pero ahora ya nunca me lo muestras, ¿verdad?
Recuerdo cuando me mudé a vos
y la paloma santa también se mudó
y cada respiración que dibujábamos era un ¡Hallelujah!
Tal vez ahora hay un Dios arriba
pero todo lo que he aprendido del amor
es cómo dispararle a alguien que te atrajo.
Y no es una queja la que escuchás esta noche
y no es un peregrino que ha visto la luz,
es un frío y un roto ¡Hallelujah!

Himno (Anthem)
Los pájaros que cantaron
al amanecer
comenzaron otra vez,
los escuché decir,
no residas lo que
ha muerto
o lo que aún está por ser.
Las guerras que vendrán
las pelearemos otra vez
la paloma santa
la atraparemos otra vez
comprada y vendida
y comprada otra vez;
la paloma nunca es libre.
Toca las campanas que todavía pueden sonar.
Olvida tu ofrenda perfecta.
Hay una grieta en todo.
Así es como entra la luz.
Pedimos señales
las señales fueron enviadas:
el nacimiento traicionado
el matrimonio gastado;
la viudez
de todo gobierno.
Señales para que todos vean.
No puedo correr más
con la multitud sin ley
mientras los asesinos en sus lugares importantes
dicen sus oraciones en voz alta.
Pero ellos han llamado la atención
a una nube de tormenta.
Ellos van a saber de mí.
Toca las campanas que todavía pueden sonar.
Olvida tu ofrenda perfecta.
Hay una grieta en todo.
Así es como entra la luz.
Podés sumar las partes
pero no tendrás el total
podés comenzar la marcha,
pero no hay tambor.
Cada corazón
para amar vendrá
pero como un refugiado.
Toca las campanas que todavía pueden sonar.
Olvida tu ofrenda perfecta.
Hay una grieta en todo.
Así es como entra la luz.
Hay una guerra (There is a war)
Hay una guerra entre el rico y el pobre, una guerra entre el hombre y la mujer. Hay una guerra entre aquellos que dicen “hay una guerra” y aquellos que dicen “no la hay”. ¿Por qué no vuelves a la guerra? Recién comienza.
Aquí vivo con una mujer y un niño. La situación me pone un poco nervioso. Me levanto de sus brazos, ella dice: “Supongo que llamás a esto amor. Yo lo llamo Room Service”. ¿Por qué no vuelves a la guerra? No seas un turista. ¿Por qué no vuelves a la guerra? Pongámonos todos nerviosos.
No podés soportar en lo que me he convertido, preferías el caballero que fui antes. Fui tan fácil de vencer. Fui tan fácil de controlar. Nunca supe que había una guerra. ¿Por qué no vuelves a la guerra? No estés avergonzado. ¿Por qué no vuelves a la guerra? Todavía podés casarte.
Hay una guerra entre el rico y el pobre, una guerra entre el hombre y la mujer. Hay una guerra entre la izquierda y la derecha, una guerra entre el negro y el blanco, una guerra entre el de vez en cuando y el aún. ¿Por qué no vuelves a la guerra? Acepta tu pequeña carga. ¿Por qué no vuelves a la guerra? Recién comienza. ¿Por qué no vuelves a la guerra? Vayamos todos.
Canción para mi asesino (Song for my assassin)
Nosotros fuimos elegidos, nosotros fuimos elegidos
a millas y millas de distancia:
yo para amar tu reino
vos para amar mi corazón.
El amor es intermitente
las disciplinas continúan
yo trabajo en tu espíritu
vos trabajás en mi vigor.
Me miro a mí mismo desde donde estás:
no te confundas
la telaraña a través de la que me ves
es la perspectiva que siempre he tenido.
Comienza ahora la ceremonia:
que hemos estado preparado:
estoy cansado de este piso de mármol
que hemos estado compartiendo.
Oscuridad (Darkness)
Atrapé a la oscuridad
bebiendo de tu copa,
atrapé a la oscuridad
bebiendo de tu copa.
Dije, ¿esto es contagioso?
Vos dijiste: ¡sólo bébelo!
No tengo futuro
sé que mis días son pocos
el presente no es placentero
solamente algunas cosas que hacer
pensé que el pasado me duraría
pero la oscuridad también lo hizo suyo.
Debería haberlo visto venir
estaba justo detrás de tus ojos.
Vos eras joven y era verano
sólo tuve que zambullirme
ganarte fue fácil
pero el premio fue la oscuridad.
No fumo cigarrillos
no bebo alcohol
todavía no he tenido una amor
pero esa siempre ha sido tu decisión.
Oye, no lo extraño baby
no tengo gusto por nada en absoluto.
Solía amar el arcoíris
solía amar el paisaje
amaba la madrugada
fingía que todo era nuevo
pero atrapé a la oscuridad baby
y me fue peor que a vos.
Atrapé a la oscuridad
atrapé a la oscuridad
bebiendo de tu copa.
Dije, ¿es esto contagioso?
Vos dijiste: ¡sólo bébelo!
Suzanne
Suzanne te conduce
a su casa cerca del río
podés escuchar pasar los barcos
podés pasar la noche a su lado.
Y sabes que está medio loca
pero es por eso que querés estar ahí,
y ella te alimenta con té y naranjas
que vienen desde China.
Y justo cuando estás por decirle
que no tenés amor para darle
te sube sobre su larga ola
y deja que el río responda
que siempre has sido su amante.
Y querés viajar con ella
querés viajar con los ojos cerrados
y sabés que ella puede confiar en ti
porque has tocado su cuerpo perfecto
con tu mente.
Y Jesús era un marinero
cuando caminó sobre el agua
y pasó mucho tiempo mirando
desde su solitaria torre de madera
hasta cuando supo con certeza:
solo los que se ahogan pueden verlo,
dijo que todos los hombres serán marineros entonces
hasta que el mar los libere;
pero él ya estaba roto
mucho antes que el cielo se abriera,
abandonado, casi humano,
él se hundió bajo tu sabiduría como una piedra.
Y querés viajar con él
querés viajar con los ojos cerrados
y creés que tal vez confiarás en él
porque ha tocado tu cuerpo perfecto
con su mente.
Ahora Suzanne agarra tu mano
y te conduce al río,
lleva puestos harapos y plumas
del mostrador del Ejército de Salvación;
y el sol se derrite como miel
sobre nuestra dama del puerto,
y ella te muestra dónde mirar
entre la basura y las flores.
Hay héroes en las algas
hay niños en la mañana
ellos se inclinan por amor
se inclinarán así para siempre
mientras Suzanne sostiene el espejo.
Y querés viajar con ella
querés viajar con los ojos cerrados
y sabés que podés confiar en ella
porque ella tocó tu cuerpo perfecto
con su mente.
Yo no conocía a Leonard Cohen. O por lo menos no conscientemente. Pero trabajaba en una editorial donde escuchábamos música todo el día. Una playlist que se había armado un poco con los gustos de todos, sobre todo con aquellos que coincidían. En ese listado que acompañaba las mañanas, las tardes, el diseño de libros, las correcciones, los debates sobre política, sobresalían dos canciones: una era Everybody knows. Amaba esa voz poderosa, grave, rítmica, sacudida por el coro del final. La otra era Alelluya, el tema que sonaba siempre, indefectiblemente, como un ritual de los viernes a la hora de volver a casa. La voz de Leonard Cohen rezándole a la vida era nuestra despedida de otra semana laboral. Que no había sido un trabajo duro gracias a la música, a los libros, a los compañeros. Que terminaba de la mejor manera, con Cohen llevándonos de la mano hacia otro mundo posible
Enzo Maqueria
Un cantante debe morir (A singer must die)
La sala del tribunal está en silencio, pero ¿quién se confesará? ¿Es verdad que nos traicionaste? La respuesta es: si. Entonces léanme la lista de mis crímenes. Pediré la misericordia que amás rechazar. Y todas las damas humedecen sus ojos, y el juez no tiene otra opción: un cantante debe morir por la mentira en su voz.
Les agradezco, les agradezco por cumplir con su deber, ustedes cuidan la verdad, ustedes son guardianas de la belleza. Tu visión es correcta. Mi visión es incorrecta. Lo siento por borronear el aire con mi canción. La la la la la la, la la la la la la.
La noche es espesa y mis defensas están escondidas en la ropa de una mujer a la que me gustaría perdonar; en el anillo de su seda, en la bisagra de sus cosas, a donde tenía que ir a mendigar con un bello disfraz. Buenas noches, buenas noches, noche tras noche, noche tras noche tras noche tras noche.
Tengo tanto miedo, te escucho. Tus lentes de sol te protegen, eso es lo que hacen. Son sus formas de detenerlo, son sus formas de deshonrar, su rodilla en tus bolas y su puño en tu rostro. ¡Sí, y larga viva al Estado! ¡Por quien sea que esté hecho! Señor, no vi nada, sólo llegaba tarde a casa.
Y guárdenme un lugar en la tumba de doce dólares con aquellos que tomaron dinero por el placer que dieron; con los que siempre están listos, con los que se desnudaron para que puedas recostar la cabeza sobre el pecho de alguien. Y todas las damas humedecen sus ojos, y el juez no tiene otra opción: un cantante debe morir por la mentira en su voz.
La torre de mi canción (The Tower of the song)
Mis amigos se han ido y mi peló es gris.
Me duelen los lugares donde solía jugar.
Y estoy loco por amor, pero no puedo avanzar.
Sólo estoy pagando mi renta, cada día, en la torre de la canción.
Le dije a Hank Williams, “¿Cuán solitario se pone esto?
Hank Williams aún no ha respondido,
pero lo escucho toser toda la noche,
cien pisos sobre mí en la torre de la canción.
Nací así, no tengo opción.
Nací con el regalo de una voz dorada,
y veintisiete ángeles del más allá
me ataron a esta mesa en la torre de la canción.
Así que podés meter tus alfileres en esa muñeca vudú
–lo siento mucho, baby, no se parece en nada a mí–.
Estoy parado junto a la ventana en donde la luz es fuerte.
No dejan que una mujer te asesine, no en la torre de la canción.
Ahora podés decir que me volví amargo, pero de esto debés estar segura:
los ricos tienen puestos sus canales en las habitaciones de los pobres,
y está llegando un poderoso juicio, pero puedo estar equivocado.
Lo ves, escuchás esas voces chistosas en la torre de la canción.
Te veo parada del otro lado.
No sé cómo el río se volvió tan ancho.
Te amé, cuando te amé hace mucho tiempo.
Y todos los puentes que podríamos haber cruzado están ardiendo,
pero me siento tan cerca de todo lo que perdimos.
Nunca, nunca tendremos que perderlo otra vez.
Así que me despido, no sé cuándo volveré.
Mañana nos trasladarán a esa torre por el camino.
Pero tendrás noticias mías, baby, mucho después de que me haya ido.
Te hablaré dulcemente desde mi ventana en la torre de la canción.
Mis amigos se han ido y mi peló es gris.
Me duelen los lugares donde solía jugar.
Y estoy loco por amor, pero no puedo avanzar.
Sólo estoy pagando mi renta, cada día, en la torre de la canción.
Chelsea hotel
Te recuerdo bien en el Chelsea Hotel,
estabas hablando tan valiente y tan dulce;
chupándomela en la cama deshecha,
mientras las limusinas esperaban en la calle.
Y esas fueron las razones, y eso era Nueva York,
nosotros corríamos por el dinero y la carne;
y eso se llamaba amor para los obreros de la canción,
probablemente todavía lo sea para los que quedaron.
Pero te escapaste, ¿no es así, cariño?
acabas de darle la espalda a la multitud.
Te escapaste, nunca te escuché decir:
“Te necesito, no te necesito,
Te necesito, no te necesito”,
y todas esas bromas.
Te recuerdo bien en el Chelsea Hotel,
eras famosa, tu corazón era una leyenda.
Me dijiste otra vez que preferías hombres bellos,
pero por mí harías una excepción.
Y apretando el puño por los que como nosotros
están oprimidos por las figuras de la belleza,
te arreglaste, y dijiste: “Bueno, no importa,
somos feos, pero tenemos la música”.
Pero te escapaste, ¿no es así, cariño?
acabas de darle la espalda a la multitud.
Te escapaste, nunca te escuché decir:
“Te necesito, no te necesito,
Te necesito, no te necesito”,
y todas esas bromas.
No quiero sugerir que te amaba más;
no hago un seguimiento de cada petirrojo caído.
Te recuerdo bien en el Hotel Chelsea,
eso es todo, ni siquiera pienso en ti a menudo.
Poco antes de morir, Leonard Cohen se refirió al Nobel de Bob Dylan: “es como ponerle una medalla al Everest”, dijo. La imagen de Dylan como una montaña de tradiciones, mutaciones y versiones de sí mismo nos ofrece una distinta de Cohen: la de un río que por momentos parece manso pero que nunca detiene su corriente. El poeta que se metió en el mundo del pop con un arma de doble filo: la lentitud. En un mundo de tendencias comerciales y frenetismo transaccional, Cohen decidió caminar despacio. Fue bohemio, fue romántico, fue irónico, fue cruel y fue un seductor fatalista que vio el futuro: crimen. Con anhelo, con abandono, con rabia y resignación, construyó un castillo de arena sabiendo que un día ese castillo se iba a volar con todo lo demás. Al final, Leonard es ese río que observa a un pájaro en un cable y sigue su camino: “Escucha al colibrí, no me escuches a mí”.
Juan Rapacioli
Esperando e milagro (Waiting for the miracle)
Baby, he estado esperando,
he estado esperando noche y día.
No vi el tiempo,
esperé la mitad de mi vida.
Hubo muchas invitaciones
y sé que me enviaste algunas
pero yo estaba esperando
para que llegue el milagro.
Sé que realmente me amabas
pero, vos sabés, mis manos estaban atadas.
Sé que debe haberte lastimado,
debe haber herido tu orgullo
estar debajo de mi ventana
con tu corneta y tu tambor
mientras yo esperaba
para que llegue el milagro.
Así que no te gustará, baby.
No te gustaría estar aquí.
No hay mucho entretenimiento
y los juicios son severos.
El maestro dice que es Mozart
pero suena a chicle
cuando estas esperando
para que llegue el milagro.
Esperando el milagro
no queda nada por hacer.
No he sido tan feliz
desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
No queda nada por hacer
cuando sabés que te han llevado.
No queda nada por hacer
cuando estás mendigando por una migaja.
No queda nada por hacer
cuando tenés que seguir esperando,
esperando que llegue el milagro.
Soñé contigo, baby.
Fue sólo la otra noche.
Estabas casi toda desnuda
pero algo de vos estaba iluminado.
Las arenas del tiempo estaban cayendo
por tus dedos y el pulgar
y estabas esperando
para que llegue el milagro.
Baby, casémonos,
hemos estado solos demasiado tiempo.
Estemos solos juntos,
veamos si somos tan fuertes.
Hagamos algo loco,
algo absolutamente mal
mientras esperamos
para que llegue el milagro.
No queda nada por hacer
cuando sabés que te han llevado.
No queda nada por hacer
cuando estás mendigando por una migaja.
No queda nada por hacer
cuando tenés que seguir esperando,
esperando que llegue el milagro.
Cuando te has caído en la carretera
y estás tumbada bajo la lluvia
y te preguntan cómo te va,
por supuesto decís que no podés quejarse;
si te aprietan por la información,
ahí es cuando tenés que hacerte la tonta:
solo tenés que decir que estás ahí afuera esperando
que llegue el milagro.
Maestros (Teachers)
Conocí a una mujer hace mucho tiempo
su pelo era tan negro como el negro puede ser
¿eres tu una maestra del corazón?
Suave, ella respondió: NO
Conocí una chica al otro lado del mar
su pelo era tan dorado como el dorado puede ser
¿eres tu una maestra del corazón?
Si, pero no para ti.
Conocí a un hombre que perdió la cabeza
en algún lugar perdido que tuve que encontrar
“sígueme”, dijo el sabio,
pero caminaba detrás.
Entré a un hospital
donde nadie estaba enfermo y nadie estaba sano
cuando por la noche se fueron las enfermeras
no podía caminar en absoluto.
Llegó la mañana
y luego llegó el mediodía,
hora de la cena una hoja de bisturí
acostada junto a mi cuchara.
Algunas chicas vagan por error
en el lío que hace el bisturí
¿son ustedes las maestras de mi corazón?
Nosotras enseñamos a romper corazones viejos.
Una mañana me desperté solo
el hospital y las enfermeras se fueron
¿he tallado lo suficiente, mi Señor?
Niño, eres un hueso.
Comí y comí y comí
no me perdí ni un plato
¿Cuánto cuestan estas cenas?
Lo sacaremos con odio.
Gasté mi odio en cada lugar
en cada trabajo, en cada rostro,
alguien me dio sus deseos,
y yo deseé un abrazo.
Varias chicas me abrazaron, luego
fui abrazado por hombres
¿Es mi pasión perfecta?
No, hazlo una vez más.
Era guapo, era fuerte
supe las palabras de cada canción
¿Te dio un lugar mi canto?
No, las palabras que cantaste estaban mal.
¿Quién es a quien me dirijo?
¿Quién toma nota de lo que confieso?
¿Son ustedes los maestros de mi corazón?
Nosotros enseñamos a los corazones viejos a descansar.
¿Maestros terminaron mis lecciones?
No puedo hacer otra más.
Ellos rieron y rieron y rieron, y dijeron:
bueno niño, tus lecciones han terminado
¿han terminado tus lecciones?

La fe (The faith)
El mar tan profundo y ciego
el sol, el salvaje arrepentimiento
el club, la rueda, la mente,
oh amor, ¿no estás cansada todavía?
La sangre, el barro, la fe
estas palabras que no podés olvidar
tu juramento, tu lugar santo
oh amor, ¿no estás cansada todavía?
Una cruz en cada colina
una estrella, un minarete
tantas tumbas para llenar
oh amor, ¿no estás cansada todavía?
El mar tan profundo y ciego
donde todavía debe ponerse el sol
y el tiempo mismo se relaja
oh amor, ¿no estás cansada todavía?
Los asesinos (The killers)
Los asesinos que corren
los otros países
están tratando de atraparnos
para derrocar a los asesinos
que corren por nuestra cuenta.
Yo por mí
prefiero la regla
de nuestros asesinos nativos
estoy convencido
el asesino extranjero
matará a más de nosotros
que el viejo asesino familiar.
Francamente no creo
en nadie de allí
realmente quieren que resolvamos
nuestros problemas sociales
todo esto lo baso en cómo me siento
sobre el vecino
sólo espero que no
se ponga más feo.
Por eso soy un patriota
no me gusta ver
una bandera en llamas
porque excita
a los asesinos de ambos lados
al desafortunado exceso
que sigue alegremente
bastante desenfrenado
hasta que todos estén muertos.
Los poemas ya no nos aman (The poems don´t love us anymore)
Los poemas ya no nos aman
ellos no quieren amarnos
no quieren ser poemas.
“No nos llames más”, dicen
ya no podemos ayudarte.
No hay mas pesca
en el río Gran corazón.
“Déjanos solos”,
nos estamos convirtiendo en algo nuevo.
Ellos han vuelto al mundo
para estar con aquellos
que trabajan con todo su cuerpo
que no tienen planes para el mundo.
Ellos nunca fueron animadores.
Yo vivo en un río en Miami
en condiciones que no puedo describir
a veces los veo
medio podridos, medio nacidos
rodeando un músculo
como una funda arremangada
acostados en su mermelada
para hacer el amor con el diente de una sierra.
Un velo (A veil)
Había un velo entre ellos
compuesto de buen hilo
no tejido descuidadamente.
Por eso no lo ignoraron
ni lo traspasaron, pero con integridad
lo que se ocultó, de uno del otro.
Así sirvieron su amor
como servían esos viejos maestros españoles.
El amor que no se manifiesta.
Una noche futura (The future night)
Me sumergí en una noche futura
como un fabricante de velas de brazos largos.
Volví demasiado asqueroso para el amor,
inútil como parezco en mi abrigo de codicia.
Tendré una mujer por nacer
cuando sólo soy una copia