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Milei, el aceleracionista de mercado. Apurar el desarrollo del capital 4.0, liberarlo de las fuerzas que impiden su completa instalación. El manifiesto de Nick Srnicke y Alex Williams pone en centro la disputa por la dirección de esa aceleración. ¿En manos de quién queda? Acá lo tomó la derecha radical. El manifiesto también tiene una palabra clave. Navegación. Construir el porvenir puede implicar navegar en distintas escalas y tiempos. Acelerar no es lineal. En el pasado hay latencias, accidentes a punto de suceder canta Thom Yorke. El presidente eligió la generación del ’80 cómo rulo de tiempo que dispará lo que vendrá.
El león retrofuturista. Un porvenir glorioso en la generación del ’80. El futuro como un revival moral del siglo XIX suturado vía 4chan al XXI. El futuro es el fantasma de lo que fuimos. Invocando los valores liberales de Sarmiento, Rivadavia y Alberdi, resucitará de modo novedoso, pero con valores morales intactos.
El revisionismo mielista opera en espejo inverso como el kirchnerista (algo que siempre sale mal). El kircherismo después de una instancia instituyente, armó el peronismo folk cristalizado. Patria industria fordista, Jauretche, San Martín, Rosas Perón. El Mileísmo, juega con Benegas Lynch, Patria Granero del Mundo y su monte Rushmore que ya mencionamos. Ambos empantanados en el desierto de ideas. Lo de adelante siempre está atrás.
La luz al final del túnel, rugió el León, implicará sacrificio. ¿Qué hay en esa luz?
Y en el medio de eso, los libertarios tiran también un link al multiverso guerra fría. Libertad o Colectivismo. Comunismo como significante vacío que se actualiza en la coyuntura. Libertad frente al politburó de la casta vieja, burocrática y monolítica.
Considerando un mundo que ya no existe, supongamos que el menemismo es el proyecto neoliberal de shock más o menos similar a esta nueva experiencia. Un acelerador de Ferrari al palo que construía un paisaje ganador. Canchas de paddle iluminadas de noche, cómo Paddle Tato, en mi pueblo de alemanes del volga, Santa María. Tato tenía tres canchas, trajo el Mortal Kombat en la cantina y vendía helados sin parar. Al pueblo en 1994 llegó el telefono. En dos semanas todos estábamos en la guía. Mi viejo promocionó la maderera en las páginas doradas. Un póster fluorescente con palmeras. Miami, el anhelo brillante, tono hawain tropic. Ahí viajaban los Schwab, dueños del almacén más grande de la colonia. La utopía, Heal the world/ make a better place. Los nuevos ricos de la aldea global. El mememismo democratizó el consumo. Después llegaría claro el recuento de los caídos.
Hasta Macri con sus espasmos de baile anunciaba un horizonte: Revolución de la Alegría. No les interesó navegar el pasado. Ballenas por próceres. Balcarce en el sillón de Rivadavia. Siempre es hoy le zumbaba en los oídos a Mauricio. Puro presente. Al final, alegría menemista sin mundo que la sostenga. Depresión sin épica.
La luz al final del túnel, rugió el León, implicará sacrificio. ¿Qué hay en esa luz? ¿El mercado iluminando sujetos que compiten libremente con ingresos dolarizados en alza, una competencia libre y pura por prestar mejores bienes y servicios al prójimo? ¿Alcance ilimitado de consumo global? ¿Una sociedad del emprendedurismo low cost disciplinada por el ajuste? ¿La vieja cantinela de ‘liberal en lo económico, conservador en lo social’?
El delirio proselitista de Milei fue productivo. Busquemos nuevas ideas, por más estúpidas que suenen, tengamos audacia
¿El sueño de votante de la LLA es el mismo que el de sus dirigentes? ¿Cuánta caída será demasiada, cuánto consumo será necesario para equilibrar ese pasaje? ¿Quiénes van a arder en la pira de ese ritual? A qué dioses les llega el humo de los sacrificados? Parece que el modo disruptivo de la campaña libertaria se diluye con el acoso de lo real.
Y vuelvo, una y otra, y otra vez. Imaginación política para salir del desierto de ideas. Porque aún si en el mejor de los casos LLA pulveriza la inflación, sin utopía, sin una cuota de buen vivir en el horizonte para sus votantes, los que fueron esperanzados a las urnas, vendrá, tal vez, represión o depresión.
Este es el momento de proyectar una futuridad viable, amable, idealista. Un futuro, aunque sea delirante. El delirio proselitista de Milei fue productivo. Busquemos nuevas ideas, por más estúpidas que suenen, tengamos audacia. Peronismo para los rappi urgente. Salario Universal para el mundo casi pos laboral (reemplazos tecnológicos y precariedad). Ojalá podamos estar a la altura de lo que este tiempo implica. Peronismo Lab 4.0, activate.
