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01 de agosto 2023

Mariana Goldman

TODO LOS QUE LOS NAZIS ODIAN

Tiempo de lectura: 4 minutos

Es difícil pensar otro momento de la historia en el que la libertad y la opresión estuvieran tan cerca como en las décadas del veinte y del treinta. Entre los locos años 20 y el nacimiento del nazismo.

En el excelente documental “El Dorado, todo lo que los nazis odian” que se encuentra en Netflix, se recrean los años 20. Los sobrevivientes de la primera guerra mundial llenaron Berlín de cabarets, de fiestas, dispuestos a vivir cada segundo de un modo único: estaban vivos, se atrevieron a ser lo que eran (es ahora sino cuándo) y El Dorado era el lugar berlines por excelencia. El mundo queer explotó: heterosexuales en busca de placeres hasta allí desconocidos, homosexuales, trans, intersex. También habitaban palestinos, checos, franceses, jóvenes, adultos, judíos y hasta algún nazi, cuya idea de la homosexualidad la pensaba como “el odiador de mujeres y el más macho de los machos”. Íntimo amigo de Hitler. Estaban todos.

Los sobrevivientes de la primera guerra mundial llenaron Berlín de cabarets, de fiestas, dispuestos a vivir cada segundo de un modo único: estaban vivos, se atrevieron a ser lo que eran (es ahora sino cuándo) y El Dorado era el lugar berlines por excelencia

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Es notable que nosotros los “adultos mayores” nos esforcemos, ante cualquier foto de la época, en distinguir si lo que vemos es una mujer, un hombre convertido en mujer u otro u otra desde el patrón celeste y rosa. Fue el comienzo de un mundo posgenérico que no necesitó de distinciones ni de identidades falsas. Una verdadera revolución.

Mientras tanto el feminismo no se quedó atrás: la mujer se armó de audacia para desbordar su territorio femenino y alterar el orden establecido para los sexos. Estudió profesiones liberales, ganó el derecho al voto, conquistó la libertad sexual, limitó el número de hijos y salió a bailar con sus amigos cuando el marido no estaba dispuesto a acompañarla.

Pero Hitler, llegando al poder, uniformó a millones. ¿Usted es un varón blanco, heterosexual, propietario, profesional, cristiano y con “ojitos celestes”? Sepa que la vida le ha sonreído desde su mismo nacimiento. Participa de algo así como del 1% de la población mundial y hasta podría haber sido parte de las SS o de la Gestapo. Podría haber elegido.

Mientras las SA, las fuerzas parapoliciales nazis, ya contaban con cuatro millones y medio de adeptos, toda la vanguardia se encontraba en su máximo esplendor

Los queer nunca fueron para el nazismo lo que fue el judaísmo. Sin embargo, unos 50.000 pasaron por los campos de concentración, aunque no por las cámaras de gas. Se le ocurrió ponerles una estrella rosa en el uniforme rayado, que se ocuparan de los trabajos más forzados y murieran de hambre.

Por último, un profesor experto en género cierra este magnífico documental con un análisis digno de ser puesto a prueba. Afirma que “durante muchos años los queer no supieron de la persecución nazi por lo que dudo que lo que estamos viviendo hoy tenga algo que ver con aquello.”

Los queer nunca fueron para el nazismo lo que fue el judaísmo. Sin embargo, unos 50.000 pasaron por los campos de concentración, aunque no por las cámaras de gas

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“Aquello” fue una explosión de libertad y de creatividad. Fue, también, una alerta de que la discriminación sigue viva, que los derechos adquiridos pueden perderse de un minuto a otro. Basta con mirar a dos de las potencias mundiales. Y si nos remitimos al judaísmo tenemos ejemplos más que cercanos. En el último libro de Slavoj Zizek, “Heaven in disorder”, recuerda que, en diciembre del 2019, durante el Consejo Israelí americano Trump utilizó estereotipos antisemitas para caracterizar a los judíos que “siempre están interesados por el dinero. A muchos de ustedes no les gusto y a muchos a mí no me gustan, pero serán mis más grandes electores porque si no perderán sus negocios en 16 minutos”

Judíos a los que sólo les interesa el dinero, avaros, queers pervertidos, enfermos, psicóticos. Si es cierto que esto lo han olvidado será, entonces, que volverá en “menos de 16 minutos”.

Nietzsche jamás adhirió al nazismo. Tras su muerte su hermana nazi, a fin de vender más libros, borró y reescribió lo que el poder quería leer. Por ello es importante leerlo al filósofo en ediciones elegidas con cuidado

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Algunos pensamos que fue Nietzsche el que derrumbó definitivamente a la filosofía de la razón. Se piensa con todo el cuerpo o no se piensa en nada. Un punto acá: Nietzsche jamás adhirió al nazismo. Tras su muerte su hermana nazi, a fin de vender más libros, borró y reescribió lo que el poder quería leer. Por ello es importante leerlo al filósofo en ediciones elegidas con cuidado. Atenti.

Como resumen: Los despreciadores del cuerpo son todos aquellos que han adherido a la antropología dualista, lo que los impulsa a despreciar la dimensión corpórea del hombre que, para Nietzsche, es la única existente. Estos insertaron el cuerpo en una moral decadente y lo entorpecieron; le amputaron sus posibilidades creadoras, en detrimento de una educación que privilegia la razón.

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