
Abramos la cerveza, hermana.
Papá, prendé la tele.
El cielo está tan oscuro esta noche
y las estrellas parecen puntos
donde perderlo todo.
Mamá, comprate ropa.
Los perros ladran.
La luna está tan linda
y tan cercana que la Tierra
parece otro lugar.
Papá, vení conmigo.
Hijita, bailemos juntos.
La noche se llena de promesas
y las promesas tienen su porvenir,
acá nomás. Hay baile en la calle.
La gente se abraza.
Caen por los pómulos
unas gruesas lágrimas,
como agua bendita o como sidra.
El pan de la vida
se hornea despacio.
Pero esta noche
todo el perfume del trigo
se puso a inundar a los de abajo.
Qué sombra celeste
y qué nube blanca.
Hermanas y hermanos,
¿qué puedo decirles
que ustedes no sepan?
Estamos volviendo.
Si nunca nos fuimos.
Estamos acá.
Somos los de siempre.
Aunque no nos cuenten,
a veces, un rato.
Volvemos y somos
los que siempre están.
Servile un vaso de whisky a la vecina,
un plato de sopa al joven mendigo.
Dale un pulover al que tiene frío,
y un abanico al que sufre calor.
La patria tan vieja
se reparte un poco
y se desnuda apenas
mostrando los pies.
Un niño da vueltas
en un torbellino
y hay un submarino
que viaja al revés.
La sombra y la patria
se besan la boca.
La luz y el planeta
se sueltan las trenzas.
Dejanos tu comentario
Comentarios
Marta Giana
el 11/12/2019Hermosa Martín! Refleja muy bien esta noche.
Alberto
el 21/12/2019Bellísimo. Para estar todo ahí; todo el hoy.