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09 de noviembre 2020

Lorena Álvarez

MATEN AL PASADO

Tiempo de lectura: 3 minutos

En un país que está de olvido siempre gris, “Maten a Duarte” es una notable y puntillosa investigación de Catalina De Elia sobre la muerte de Juan Duarte. Personaje que a su vez vuelve a poner en el tapete la dificultad de mirar hacia atrás porque el pasado, tan exaltado muchas veces, en realidad siempre es difuso.

El libro es una minuciosa reconstrucción sobre la muerte del hermano de Eva Duarte de Perón, Juan, una personalidad con ribetes melodramáticos que bien podría haber protagonizado cualquier film negro de los años ’40 pero, sin embargo, nunca ha tenido relevancia.

En largas horas de desgrabación, Catalina nos hace  leer las voces de testigos, conocidos, allegados y amantes dentro de las dos investigaciones sobre su muerte. La del momento preciso en que aparece el occiso y se declara un suicidio y la de la investigación llevada a cabo en 1958, cuando la “Revolución Libertadora” decide reabrir el caso para demostrar que Duarte en realidad fue asesinado por “el régimen”. Y ahí navegamos en la grieta de este país. El uso político para denostar o la amnesia para cerrar heridas.

Juan, una personalidad con ribetes melodramáticos que bien podría haber protagonizado cualquier film negro de los años '40

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Al margen, lo más significativo es que Juan Duarte nunca atravesó la historia más que como una anécdota, a pesar de ser el hermano de la santa pagana más importante de la Argentina y de haber sido durante ocho años el secretario privado del hombre más importante del siglo XX en nuestras tierras.

Borrar tanto el peronismo en 1955 tras el golpe, también implicó que nada de lo que  sucedió antes iba a llegar a trascender. De hecho repasar este trabajo de De Elia es observar qué poco entendemos del contexto histórico más relatado y menos profundizado.

Y resulta una pena porque Juan también fue hijo de un período donde el cine nacional era preponderante en todo Latinoamérica, donde la noche porteña era invadida por el consumo democrático y en donde el entramado de farándula y poder se acercaba más al menemismo que lo que nos gustaría.

Un bon vivant con debilidad por las mujeres hermosas y los caballos de carrera cercado por denuncias de corrupción que renuncia y escucha como su ex cuñado, Perón en un duro discurso comunica que si alguien comete un acto de corrupción y “yo lo pueda comprobar, estén seguros de que van a la cárcel, así sea mi propio padre”.

Amanece con un tiro en  la cabeza

Todo en blanco y negro como un buen policial. Sostenido por vasta bibliografía y desgrabaciones judiciales nos adentramos a parte de una época que parece suspendida en la liturgia pero sin profundizar. ¿Quién era Juan? ¿Por qué a pesar de su ajetreada vida es un personaje tan olvidable?

Solo una película, a mi entender muy mala, lo retrató cual maqueta rodeado de sus dos grandes amores, Fanny Navarro y Elina Colomer, dibujadas con la liviandad de una mala biopic: “Ay, Juancito”, cinta que hay que hacer mucha memoria para recordar que pasó por los cines, dirigida por Héctor Olivera y con guión de José Pablo Feinmann.

repasar este trabajo de De Elia es observar qué poco entendemos del contexto histórico más relatado y menos profundizado

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Aunque ahora  quizás con este libro se pueda volver a visitar la cotidianidad de esos años de ampliación de derechos, de cabarets abarrotados, de trabajo digno y de estrellas de cine que cayeron en el bestial olvido de un país que nunca terminó de comprender la impactante industria cinematográfica de esos años en los que, podríamos decir, Hollywood nos miraba con recelo.

Páginas que se leen rápido, palabras que parecen rodadas para ser película, esas bellas, clásicas que se disfrutan en plataformas vintages. Y también un buen ejercicio para desempolvar la vida allá lejos y hace tiempo. Con testigos que hablan con suma corrección, sobriedad y ciertos pudores que pueden ayudarnos a comprender más a nuestros abuelos. Un libro que intenta desentrañar un misterio mientras nos pinta en sepia aquella grieta.

Peronistas sensibles, no se ofendan. Antiperonistas furibundos, no se enojen. Es sólo el retazo de un pasado en modo clásico de cine negro. A Alfred Hitchcock le hubiera gustado esto.

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Comentarios

  1. Lujan

    el 16/11/2020

    Próxima novela de Catalina : “Disparen sobre Nisman” …

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