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23 de septiembre 2021

David Rodríguez

DESEMPOLVAR MASOTTA

Tiempo de lectura: 4 minutos

Oscar Masotta no se acomodó del todo al canon cultural de la época. “Sexo y Traición en Roberto Arlt”, editado nada menos que por Jorge Álvarez, aparece como una novedad incómoda. Fue a su modo un autor marginado por, en palabras de Viñas, “la comunión de los santos”. Masotta implica también a una generación, es decir, condensa una época. “Sexo y traición en Roberto Arlt” inaugura un desplazamiento hacia la renovación de la crítica literaria tanto como el emblemático “Literatura argentina y realidad política” de David Viñas. Masotta encuentra en el autor de “Los lanzallamas” una manera escandalosa de vincular las relaciones sexuales con el origen social de cada personaje. Masotta se mete en la cama de los porteños de clase media y eso parece “imperdonable”. Es un movimiento valiente y arriesgado.

La psicoanalista Alexandra Kohan intuye que, por momentos, la ficción es la única manera de pensar lo verdadero. Fantasía y ficción, entonces, puede ser una productiva manera de contar una época, no para replicarla, sino más para recuperar movimientos que desestabilizaron conjuros culturales. Cesar Aira dijo que, con la escritura, las cosas que habían pasado tomaban forma, se hacían definitivas, tomaban vida. Porque si el lenguaje envejece y lo nuevo causa estupor, lo que alguna vez fue marginal, hoy bien puede ser central.

Masotta se pregunta qué ocurre cuando alguno de esos humillados se pone a pensar que en su propio cuerpo se interroga no sólo su relación de dependencia, sino también la sociedad en la que vive

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Hay varios Masottas. Uno de los tantos, escribe y piensa sobre la obra de Roberto Arlt, y es el que interesa aquí. Allí, apela al análisis de los personajes de las novelas del autor de “El juguete rabioso” para decir que la clase media lleva consigo un espejo interno que refleja nada menos que su propia caída. Federico Engel, en el prólogo de su libro “La situación de la clase obrera en Inglaterra” (1845), decide que la clase media es aquella que tiene los medios de producción en sus manos. Masotta, no escapa de esa definición cuando piensa el trabajo de Arlt, pero se mueve a una frontera de lo indefinible. Por cierto, supone que la mejor forma de unificar posiciones y a los fines de esquematizar la reflexión sobre una clase, es proponer una lectura en donde los personajes producen cambios sociales significativos, mediante sus propios deseos proyectados en sueños. ¿Qué significa esto? Que el día a día de los artificios novelísticos de Arlt no es más que una vida repleta de humillaciones donde la única salida la encuentran en sus ensoñaciones. El cambio, dice Masotta, la posibilidad de convertirse en otro, se da únicamente en los sueños.

Y eso no sucede por simple distinción, ocurre más bien porque, como expresa Masotta, nuestras sociedades se valen de una sola moral: la de las clases altas. Y aunque el análisis aparente un estructuralismo rígido, vale para comprender las idas y vueltas.Esa infiltración que constituye lazos colectivos habita siempre, aunque no se revele, en los ojos de los humillados. A estos últimos, Arlt los involucra en sus novelas con el objetivo de hacerlos “saltar” al interior de su clase. En vez de apuntar los cañones hacia terreno enemigo, Arlt prefiere implosionar al proletariado.

Hacer funcionar a una comunidad de humillados y culpables es mucho más difícil que buscar en mítines los caminos para “tomar el poder. El silencio es el sustrato que Masotta encuentra en la obra de Arlt. Hombres y mujeres dedicando horas y horas a pasar la vida contemplando cómo el aplastante aparato burocrático desgasta los conatos de “buenas intenciones”. Masotta se pregunta qué ocurre cuando alguno de esos humillados se pone a pensar que en su propio cuerpo se interroga no sólo su relación de dependencia, sino también la sociedad en la que vive.

Arlt los involucra en sus novelas con el objetivo de hacerlos “saltar” al interior de su clase. En vez de apuntar los cañones hacia terreno enemigo, Arlt prefiere implosionar al proletariado

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¿Por qué se sigue leyendo a Arlt? Porque -como lo señaló Barthes- la literatura es categóricamente realista en la medida en que solo tiene a lo real como objeto de deseo, es decir, cree sensato el deseo de lo imposible. Entonces queda por preguntarse: ¿qué busca Erdosain con sus proyectos? ¿Qué representa el hombre triste de las aguafuertes? Masotta se interesó por la obra de un autor que se sentía más cómodo en los márgenes. La llamada “Generación Contorno” intentó patearles el tablero a las mejores tradiciones literarias con el fin de establecer novedosos patrones de lectura y narración.

Se trata entonces de invocar el gesto, el imaginario, los vocablos que contuvieron un cáliz vanguardista, los desplazamientos que intentaron hacer trampa a la lengua como bien aconsejaba Barthes en su lección inaugural. Un arte, en este caso la literatura, que no se mantenga en guardia sin pensar únicamente en el ataque, en el cross directo a la mandíbula. Ponerse en posición de ataque condiciona al rival y permite el avance, el paso adelante, la delación.