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14 de enero 2019

Martín E. Graziano

AIRA VERSUS MELERO

Tiempo de lectura: 6 minutos

Daniel Melero recuerda que cierta tarde, mientras revolvía las bateas en la disquería de Claudio Kleiman, el dueño y un parroquiano conversaban sobre una banda nueva llamada Los Encargados: “son los hijos de unos millonarios que viajan a Europa y se traen los últimos discos, los instrumentos más modernos”. Indignado, el joven Melero se entrometió: “yo soy uno de los miembros de Los Encargados, vivo en Flores, compré mis instrumentos acá y jamás puse un pie arriba de un avión”. En la contratapa de Ema La Cautiva (1981), Aira sitúa el origen de aquella escritura en un sitio tan prosaico como el Pumpec Nic de Flores. “Tomasito (dos años) juega entre las mesas colmadas de colegiales de incógnito. Reina la desocupación, el tiempo sobra”. Ambos episodios son casi simultáneos y ocurren a unas pocas cuadras de distancia. El telón de fondo es ordinario. La obra, no.

Daniel Melero nació y creció en Flores, en el seno de una familia de clase media. Aunque nació en Coronel Pringles, César Aira es ciudadano del mismo barrio.

La primera aparición pública de Melero fue una ruptura, casi una performance dadaísta: aquel show de Los Encargados en el marco del BA Rock y los providenciales siete kilos de naranjas. Moreira y Ema La Cautiva, en ese sentido, no fueron quiebres radicales. En todo caso, el mundo de Aira fue radicalizándose por acumulación: un libro habilitó otro y así.

Si bien no desechan parte del canon, crearon su propio linaje alternativo de predecesores: Copi y Juan Emar, por ejemplo; Comandante Energía y Montes Mahatma, por ejemplo

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En Mercado Libre, el simple “Creo que estamos bailando” de Los Encargados cotiza unos cuatro mil pesos. La obra completa de Aira, publicada por un vendedor anónimo (¿el propio Aira?), alcanzaba los doscientos mil pesos.

Si bien son afables, ingresaron en su tradición -en un caso, el rock argentino; en otro, la literatura argentina- volteando muñecos con sentencias y hasta injurias. Si bien no desechan parte del canon, crearon su propio linaje alternativo de predecesores: Copi y Juan Emar, por ejemplo; Comandante Energía y Montes Mahatma, por ejemplo.

Así como Duchamp metió su inodoro en el museo, Aira metió los gimnasios en la literatura argentina. Melero metió la música romántica en el rock y un disco de tecno-pop en la batea de los cantantes melódicos.

Aira 2

Según la definición de Brian Eno, Melero se autoproclama como no-músico. No podríamos decir que Aira es un no-escritor. Su programa constituye escribir todos los días, pero no es precisamente eso lo que lo convierte en un escritor. Después de todo, Melero hace música todos los días. Es decir que no es la cantidad ni el hábito, sino el método. O la formación. O el approach. Aira, en cualquier caso, es un escritor. ¿Quién sería un no-escritor?

Cesar Aira dice que,a medida que escribe, mira el contador del Word. Una vez que llega a una determinada cantidad de palabras, sabe que ya tiene un librito. Cuando presentó su disco Después, Melero dijo que se trataba de “tres gigas y medio de información”.

Así como Duchamp metió su inodoro en el museo, Aira metió los gimnasios en la literatura argentina

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En medio de una polémica airada -ejem-, Ricardo Piglia dijo que Aira no era un escritor sino el tipo que publicaba las novelas malas que le mandaban otros escritores. Enterado de su modus operandi para el disco Tecno –un mouse, una compu-, Pappo dijo que Melero estaba “cada vez más vago”.

Ambos son o han sido tildados de chantas. Aira y Melero se ríen de la acusación y -como en aikido- usan esa fuerza a su favor.En 1998, el escritor editó un libro titulado Las curas milagrosas del Doctor Aira. Dos años después, Melero parodió la performance de Los Encargados en BA Rock durante una emisión de Todo por dos pesos.

Melero & Cerati

A principios de este siglo, una banda se bautizó como De Qué Vive Melero. Melero trató de quitarle importancia al asunto, pero el nombre aparecía recurrentemente en las entrevistas. En determinado momento de exposición, la banda le escribió un mail y Melero les cortó el rostro. Un editor necesitaba contactarse con Aira para una traducción o una reedición. Cansado de las líneas muertas, le mandó un mail cuyo asunto decía: Aira sos cagón. Aira respondió afirmativamente.

Aira ya no da entrevistas a los medios argentinos. Melero si, y son una parte sustancial de su obra.

Melero es gregario. Tiende a relacionarse con artistas más jóvenes y, como productor o ideólogo, buena parte de su obra está en la obra de otros

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En un ensayo titulado “Darth Aira”, el cordobés Flavio Lo Presti cuenta y descuenta las gambetas del escritor para eludir una entrevista. El único libro publicado de Daniel Melero es, en realidad, el resultado de sus conversaciones con Gustavo Álvarez Núñez. Se llama Ahora, antes y después.

La timidez de Aira ya tiene su propia fama. Melero es locuaz, verborrágico.

Melero irradia una gran extravagancia. Su figura es la del científico loco y, como suele encargarse de aclarar, ingresó a Soda Stereo para “enrarecer” la propuesta del grupo. Durante su reciente tour de prensa por España, Aira vistió camisas a cuadros y saquitos de lana. Incluso las personas más familiarizadas con su obra, podrían desconocerlo en la calle. Su apariencia es, como decía Celine, la de “un muchacho sin importancia colectiva, exactamente un individuo”.

aira vs melero

Melero es gregario. Tiende a relacionarse con artistas más jóvenes y, como productor o ideólogo, buena parte de su obra está en la obra de otros: desde bandas muy populares (como Soda Stereo o Babasónicos) hasta algunos proyectos completamente ignotos (como La Forma o Myte & sus Linternas Verdes). La imagen que emite Aira es más solipsista. Si bien hay escritores que uno podría considerar como sus discípulos, son relaciones indirectas. La obra de Melero está diluida en varios nombres. La obra de Aira está concentrada en un solo nombre: Aira.

Según el catálogo de Ricardo Straface, Aira ya tiene más de cien libros publicados. Melero tiene veintiún discos como solista, uno con Los Encargados, uno a dúo con Gustavo Cerati y muchas decenas de trabajos como productor artístico.

Melero puede producir vía Skype, con el mouse en la mano derecha y un vaso de whisky en la izquierda. ¿Cuál será la bebida dilecta de Aira?

Ambos son francotiradores. Melero no solo editó a través de grandes multinacionales y pequeñas disqueras independientes, sino que fundó Catálogo Incierto: un sello fantasma donde se encargaba de grabar, fabricar y vender cada uno de los ejemplares. Aira publica sus libros en editoriales muy grandes (Emecé, Random House) y muy pequeñas (Beatriz Viterbo, Urania, Blatt& Ríos).

Aira, a fuerza de su programática y el reconocimiento internacional, ya saltó el vallado del culto y participa centralmente del canon. Durante buena parte de las emisiones de Campo de Batalla, el programa de literatura de Daniel Guebel, su nombre aparece una y otra vez como el gran paradigma. Aunque recibió un reconocimiento de la Legislatura Porteña como Personalidad Destacada de la Cultura, Melero sigue siendo discutido. En sus shows, la gente todavía se pregunta si es genial o si todo es una broma.

La imagen que emite Aira es más solipsista. Si bien hay escritores que uno podría considerar como sus discípulos, son relaciones indirectas

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En la imaginación popular, Melero es el negativo de Cerati. En el caso de Aira, ¿quién es el otro lado de la moneda?

El escritor de cabecera de Melero es Borges. El músico de cabecera de Aira es John Cage. ¿O acaso Cecil Taylor? En cualquier caso, podría aventurarse que Aira es más avezado como escucha que Melero como lector.

Aira tiene dos hijos llamados Tomás y Noemí. Hasta donde sabemos, Melero no ha procreado.

Una vez fui a la casa de Melero. Tomamos whisky, vimos fragmentos de una película en ciernes, me cargó música en mi pendrive (Micachu, THEE Satisfaction) y la entrevista se fue a la mierda. Una vez entré en la librería La Internacional y me encontré con esta escena: Francisco Garamona estaba tirado sobre un sillón y un tipo de espaldas parecía darle indicaciones. El factótum de Mansalva se puso de pie y me presentó a este señor como César. Yo no sabía que Aira era alto. Apenas reaccioné, completé el cuadro en mi cabeza: Aira le explicaba a Garamona cómo hacer correctamente una serie de abdominales.

Melero es hincha de Boca. ¿Alguien sabe de qué club es hincha Aira?

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Comentarios

  1. Mónica Cali

    el 14/01/2019

    Lo primero q leí de Aira fue el subtítulo a un reportaje que para unacrevista le hicieron a principio de los ochenta: “yo no uso a la literatura para pasar por buena persona”

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