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26 de diciembre 2015

Marcelo Kuroi

Poeta y bilbiotecario

LUCA PRODAN: LIBERTAD DIVINO TESORO, DE OSCAR JALIL

Tiempo de lectura: 4 minutos

La mística de Luca Prodan, lo que representa para la música popular argentina, parece acrecentarse con el tiempo. Fue uno de los líderes de esa renovación del rock argentino, junto con Moura, Melero, los Violadores y Cerati, que importaron la explosión punk y post-punk de Gran Bretaña a una dormida escena local. Incluso los ex-integrantes de Sumo estuvieron, están y estarán signados por esos escasos seis años en los que el protagonista de esta biografía vivió en Argentina.

El autor aclara en una entrevista radial que no es una historia de Sumo, sino de Luca Prodan. Pero, a riesgo de caer en la más lamentable de las obviedades, no es posible contar la historia de Prodan sin contar la historia de Sumo y viceversa. La narración arranca con la vida de los padres y hermanos de Luca, el campo de concentración japonés en medio de China, su vida en Italia, Escocia, Londres y finalmente su huída hacia Córdoba, donde comienza la historia que aparentemente conocemos.

Esta biografía compuesta a partir de citas, recién terminada de leer da una fuerte impresión de efecto Rashomon, también conocida por estos lugares como efecto Rosaura a las diez -ambos refieren a el efecto discursivo y estético en el cual diversos personajes argumentan relatos que se contradicen entre sí pero parten de los mismos elementos, diferenciando hechos e interpretación-, y curiosamente, ambas denominaciones son pertinentes: Rashomon, el film de Kurosawa, es un portal de Kyoto, cuna del Sumo y la novela de Denevi transcurre en un conventillo de Buenos Aires.

En esta biografía coral el autor, Oscar Jalil, pretende captar la totalidad del personaje Luca Prodan. Por supuesto, tal tarea es imposible, pero el resultado es mucho más que satisfactorio. La mayor lucha del autor es no caer en la mitología (o hagiografía), y muchas veces está pasa por el borde. Para mantener el equilibrio vienen a su rescate ciertas voces como la de Andrea Prodan, hermano del biografiado, su vicario Germán Daffunchio, su novia oficial Mónica y su entrañable amigo Timmy McKern, voces cercanas que desacralizan a Prodan desde la cotidianeidad; así como voces lejanas como Daniel Melero, que no sorprende con su detestable personaje (aunque si con su confesión de haber querido reclutar a Diego Arnedo para Los Encargados) e Hilda Lizarazu, la cual tampoco queda bien parada por cierta intransigencia a la hora de juzgar al cantante por los breves encuentros que tuvieron, dando la mirada de quien estaba parada en el establishment rockero.

Quizá el mayor logro de Jalil es su aparente desaparición del relato: casi la totalidad del libro está compuesto de citas

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Otro recurso para no caer en una suerte de catecismo rockero es remarcar que la banda era realmente outsider respecto a los consagrados de la escena local, y generaban rechazo hasta prácticamente la muerte de Prodan y la disolución de la banda. Aún más herético es el testimonio de Flavio Casanova, que con cierto orgullo argumenta que en Nextweek Luca plagia la batería y la un yeite de guitarra del tema de Casanovas Ella es un águila -un breve paso por youtube despeja cualquier duda al respecto- pero también destaca la generosidad de Luca y que era fan declarado de la banda.

Un retrato de todos los miembros de la banda es inevitable, aunque siempre bienvenida. Por momentos, sobre todo al final, los miembros de Sumo se distancian de su cantante. Un miembro que curiosamente sale bastante bien parado es esa especie de Yoko Ono que es Roberto Pettinato, o al menos las voces en su favor y en contra se nivelan para pintar a un personaje difícil. Y también curiosamente, teniendo en cuenta a que se trata de otro candidato a la hagiografía  del rock argentino, como lo es Ricardo Mollo, es su retrato aparece deslucido, un poco por cierta intrascencendia artística (en comparación con su partenaire Diego Arnedo, mucho más influyente en la dinámica del grupo), y por testimonios de errores de criterio propios, aunque la mayor parte de las veces es por el contraste con Germán Daffunchio. Hay una marcado reduccionismo en la comparación de sus estilos: Mollo, “el Hendrix, el héroe de la guitarra” vs. Daffunchio, “el The Edge, el experimentador de ambientes“, cuando tanto Hendrix como The Edge dan ejemplos de experimentación y de virtuosismo.

Quizá el mayor logro de Jalil es su aparente desaparición del relato: casi la totalidad del libro está compuesto de citas de variada longitud, pero como sucede con el género documental, lo que vemos (leemos) es un recorte y es clara la intención del autor en no resolver ninguna controversia, contradicción o disputa que haya surgido sobre el Prodan, su personalidad, su vida o su carrera. Como sucede en la vida cotidiana, el lector deberá decidir que versión juzga más fidedigna.

Por supuesto, Luca Prodan es imprescindible para la cultura popular argentina y este relato tejido de entrevistas a compañeros, amigos, amantes, colegas y fans da por resultado un libro atrapante, y de paso, refleja ese período terrible de Argentina, la última dictadura militar; y es más, da cuenta de una aparente paradoja de aquellos años: la represión en la primavera alfonsinista, que otros medios culturales no sintieron, pero que el teatro y la música under si sufrieron.

luca-prodan

 

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