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21 de enero 2016

Esteban De Gori

Calabria Saudita. Sociología, política y discursos

EL VÉRTIGO VENEZOLANO

Tiempo de lectura: 7 minutos

I

Venezuela se aproxima a un conflicto de largo alcance. Güelfos y gibelinos del Orinoco van por todo. La “guerra política” arribó a las instituciones con profunda legitimidad democrática. El voto ciudadano puso al chavismo y a la oposición –si a éstos tomamos como bloques homogéneos– face to face. El resultado electoral habilitó la pugna entre poderes y la competencia en un contexto de fuerzas sociales desmesuradas. No hay garantías para nadie de que este experimento llegue a buen puerto. Ambos pueden salir desgastados, empatados o empantanados.

La oposición asumió con su mayoría calificada. Hizo jurar sus 112 diputados desconociendo la disposición judicial que consideraba como legisladores habilitados a solo 109 (luego, la reconocerían). Retiro –bajo las indicaciones del nuevo presidente de la Asamblea Nacional Henry Ramos Allup (Acción Democrática)– los cuadros de Bolivar, Maduro y Chávez de todas las oficinas. Todo acompañado con la risa cómplice y jocosa de los empleados públicos. Estos retratos –uno del prócer establecido por el oficialismo– eran trasladados en un carrito. Eran movidos de manera expeditiva sin ningún tipo de resistencia. La historia pesaba poco.

Esta actitud que podría explicarse por un respeto republicano al vencedor de las últimas elecciones o por una fatiga o descreimiento que atraviesa a las instituciones y a un sector de la ciudadanía. La posmodernidad y su refundacionalismo inmanente no respetan a los muertos y menos a los muertos políticos. Chávez, estaba ahí, como un símbolo ajusticiado. Burlado y desechado. “Mándaselo a la tía, a la viuda..”, decía Ramos Allup a uno de los empleados. El tipo asentía y volvía a reírse. En su lugar debía ser restituida la clásica imagen del Libertador. El viejo Bolívar, de esta forma, volvía por sus fueros. Un gesto de sustitución simbólica se cernía sobre el ambiente.

El problema planteado es quien gobierna Venezuela

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II

El problema planteado es quien gobierna Venezuela. Esa es la disputa que le imprime la oposición a esta coyuntura. Se legitima en los votos obtenidos a la Asamblea Nacional, en nombre de sus presos y en el descontento que provocan el desabastecimiento y la inflación. Alguien que desde la calle acompañaba a los diputados de la Mesa de Unidad Democrática le comentaba al periodista de Telesur que no se podía vivir un país donde falte papel toilette (higiénico). Lo planteaba al modo en que los publicistas del siglo XIX hablaban del inodoro como artefacto civilizatorio. Impacta más en algunos sectores medios la imagen de un “culo sucio” que una mesa sin algunos alimentos.

Los diputados opositores se proponen realizar y dictar leyes para intervenir en el orbe económico, como disputar la gobernabilidad y la continuidad del chavismo. Oscilan entre iniciar la salida de Maduro o provocar su desgaste de manera gradual. Su programa legislativo se asemeja a un programa de gobierno. Pretenden ser –al mismo tiempo- Gobierno y Parlamento. Buscan tomar decisiones sobre políticas sociales en marcha, disputarles sus sentidos e implementaciones. Creen haber ganado una especie de mundial del poder popular y están empeñados en utilizar las instituciones que el chavismo y la constitución colocaron en un lugar central en el sistema de decisiones. Nunca el proyecto bolivariano imagino que el “pueblo” votaría en su contra y menos que las oposición hiciera uso de manera tan cómoda del texto constitucional. Esa hipótesis estaba fuera del alcance de toda duda. No podía pasar, pero sucedió. La invención de ese pueblo está en crisis.

Después de 17 años, el oficialismo se encuentra con su verdadero límite: una oposición heterogénea con ciertos liderazgos relevantes que supo interpretar en clave electoral el descontento social. Dejo la calle y optó por la Constitución. El cambio de estrategia comenzó a operarse progresivamente a partir del triunfo electoral de Maduro, a quien consideraban un presidente con cierta debilidad de origen. De alguna manera, esta oposición se disciplinó a la hoja de ruta de los más moderados: Capriles, Falcón y Guarulla. Los únicos gobernadores de la Mesa de Unión Democrática y jefes de sus partidos. Pero nada es tan sencillo. Éstos deben lidiar con sectores que siempre miran el reloj para tomar por asalto el poder. Y como no consiguen apoyo militar esperan que la “ciudadanía” irrumpa en Miraflores. Sueñan que Venezuela sea Ucrania.

III

El resultado electoral venezolano consolida una nueva elite política acompañada por el partido tradicional Acción Democrática, el cual además de subsistir y sortear el destino del histórico COPEI (partido socialcristiano) ha realizado una importante elección. El mapa es diverso y la victoria los ha cohesionado aún más. Al interior de la Mesa de Unidad Democrática existen diferencias y jerarquías que podrían jugar de otra manera en una elección presidencial. El partido Primero Justicia – liderado por H. Capriles y Julio Borges- obtuvo 33 legisladores; Acción Democrática -donde proviene H. Ramos Allup- logró 26; Un Nuevo Tiempo de Manuel Rosales –quien acompañó al golpista Carmona en 2002- consiguió 20 y Voluntad Popular -dirigido por Leopoldo López- cosechó 14 asambleístas. Este espacio conduce a las posiciones y pequeños partidos más radicalizados contra el gobierno (entre ellos, Vente Venezuela y Alianza Bravo Pueblo). Siempre apurados por un desenlace abrupto.

Entre los partidos con menos diputados, debemos considerar a Avanzada Progresista, conducido por Henri Falcón, que obtuvo 3 y el Movimiento Progresista –de Liborio Guarulla-, como la histórica Causa R, lograron 4 cada uno respectivamente. Los otros diputados se los reparten un conjunto de partidos menores que consideran que su subsistencia se encuentra ligada al conglomerado opositor o a territorios específicos.

Ramos Allup –experto en estas lides y autor del libro Reflexiones sobre el liberalismo (Nueva Visión, 2007)- se convierte en presidente de la Asamblea, no solo por la cantidad de diputados obtenidos sino porque puede mantener la unidad entre moderados y radicalizados. No deja de ser un espacio precario que debe su consolidación a las falencias del chavismo y a la presión de una subjetividad contemporánea organizada en torno al consumo y a su ficción de ascenso social. Subjetividad poco limitable por el chavismo.

Hasta ahora, el tacticismo fue la estrategia para triunfar en las elecciones. Una hipótesis de trabajo que se mantendrá si van alcanzando pequeños logros. La llegada a la Asamblea los coloca ante otras reglas de juego y parte de su unidad se deberá a las acciones del gobierno nacional, como a la administración de las tensiones internas.

Si bien la oposición aprovechó la situación económica y la presión de los grupos empresariales ahora deben demostrar que pueden ser mayoría y buenos gestores. No solo se enfrenta a la necesidad de “nacionalizar” su acción y de atender demandas   locales; sino articular su fragmentado poder territorial. Solo cuenta con tres gobernadores de distinto partido en un país compuesto por veintitrés Estados (Capriles gobierna Miranda; Henry Falcón, Lara y Liborio Guarulla, Amazonas -jurisdicción donde fueron impedidos legalmente de asumir los 3 diputados de la MUD-) y setenta y siete alcaldes de trescientos treinta y cinco municipios. La diversidad de actores e intereses supone un escenario complejo. En esta nueva situación, el antichavismo no será suficiente sin avances.

banderadevenezuela-

 

IV

Después de algunas semanas, el chavismo emprendió algunos cambios. Ganar la iniciativa es su prioridad. Busca, en principio, reconciliarse con los electores. Cilia Flores –diputada y esposa de Maduro- advirtió que “apoyarán al pueblo arrepentido”. Es decir, una nueva hipótesis atraviesa el oficialismo: los equivocados ya se darán cuenta y volverán al redil. El “pueblo” –cuando se enteré y vea- volverá. Esta posición es relativa, ya que una importante porción de los electores no asocian directamente su voto a las políticas públicas y a propuestas que persiguen órdenes igualitarios. Existen las culturas globales del consumo vinculadas al crecimiento individual, una subjetividad escurridiza que rechaza la hiper politización y que -en muchos casos- optan por gobiernos que mantienen políticas excluyentes y diferenciadoras.

El “pueblo” no es chavista per se. Esa imagen ha implosionado en las últimas elecciones y puede ser muy costoso recalibrar la política en este sentido sin advertir los cambios profundos en las subjetividades y en las micro culturas –económicas, aspiracionales, etc.- que operan en la vida cotidiana. Tal vez, correrse de la metáfora “pueblo” y “colectivo” para repensar y desembarcar en el “individuo” colocaría al oficialismo en un territorio de la política electoral mucho más interesante y eficaz.

Mientras el gobierno de Maduro se preocupa por el retorno de los votos; la oposición utiliza el léxico y el gesto de la revancha para construir consenso e identidad. Son “bienes simbólicos y prácticos” que explotaran todo lo que puedan para fortificar una frontera ideológica. Al gobierno fuerte pretenden oponerle la gesticulación de otra firmeza, escenificando una pelea de colosos.

Pese a todas estas perspectivas y deseos, el 6D se trató de una elección legislativa. Nadie podría decir que los ciudadanos siempre votarán de esta manera en las próximas elecciones, pero tampoco podría asegurarse que volverán a adherirse mecánicamente al gobierno. La abstención y la volatilidad son posibilidades. El juego de los actores puede crear una nueva escena electoral.

El resultado electoral venezolano consolida una nueva elite política

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V

El oficialismo tiene mandato hasta el 2019, pero la economía tiene un poder erosivo significativo. La vida cotidiana esta desquiciada. El desabastecimiento y la inflación se combinan –aunque suene paradojal- con una apropiación brutal de la riqueza por parte de los grandes empresarios. Después de varias semanas, Maduro estableció el gabinete con nuevos ministros. Un gabinete “madurista” que mantiene un razonable equilibrio con la elite militar. Su nuevo Vicepresidente Ejecutivo –Aristóbulo Istúriz– es un experimentado político que ha militado en Acción Democrática, Causa R y Patria Para Todos; casi una medida especular pensando en el nuevo presidente de la Asamblea Nacional y en retomar el pulso político. Para reconducir la economía, el presidente ha optado por aquellos especialistas que proponen profundizar el proceso en detrimento de sectores moderados del propio oficialismo que exigían algunas medidas ortodoxas. El Decreto de Emergencia Económica fue la medida más contundente que marca una revisión de la política económica. El Poder Ejecutivo busca apuntalar las políticas públicas, garantizar derechos básicos, aumentar los niveles de producción, incrementar la exportación de productos no convencionales y estimular inversión extranjera.

El proyecto bolivariano buscó con escaso éxito modificar la geometría política, cultural y económica que propone el rentismo importador (el 70% de los productos se compra a otros países) y el petróleo. En Venezuela, el petróleo no es solo un bien esencial para la economía, es una cultura política. Una forma de imaginarse el mundo y el Estado y de operar sobre éstos.

El chavismo está ante un mundo complejo. Propio y ajeno. Pugna con las condiciones de la estatalidad que le propone la posmodernidad y la globalización, cuestión que reduce sus capacidades para proponer “otra economía y otros actores”. A su vez, pelea con errores propios, con sectores corruptos que habitan en el propio gobierno y con una subjetividad que no se colma con políticas públicas. En este maremágnum el presidente se juega su liderazgo. Deberá demostrar que puede superar los escollos, como practicar una política de “zonas grises” de diálogo y confrontación que le permitan negociar y erosionar a la oposición. El escenario está montado y gobierno y oposición están planteando sus juegos de poder. Veremos.

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Comentarios

  1. EL VÉRTIGO VENEZOLANO - Noticias Diarias de venezuela

    el 22/01/2016

    […] panamarevista.com […]

  2. jesus castillo

    el 23/01/2016

    muy buen el análisis. me siento identificado con el chavismo…hay que asumir los errores. pero de una cosa si estoy seguro. la oposición. no sembrara su confrontación. la victoria que ellos consiguieron por la elección directa del voto ciudadano. y a la cual. ellos. criticaron, negaron, ridiculizaron siempre…la transparencia electora.. ganaron con las mismas maquinas, el mismo personal y en el mismo escenario…¿me pregunto quien de ellos canto fraude?. el consejo nacional electoral; solo es transparente. bueno, justo y correcto en sus victorias… el nuevo electorado; sera su condena…creo que el chavismo saldrá airoso de esta situación….ahora problemas… hay.. y muy peligrosos…las mayorías no se equivocan.. en las elecciones castigaron al chavismo y triunfo, el descontento. pero en la asamblea.. esa mayoría que eligió. se equivoco y se le costara su futuro….

  3. Alberto Balza

    el 23/01/2016

    Desde hace años sabíamos que la duración de esta “revolución” de pacotilla, estaba en proporción directa a la duración de los petrodólares. Las ideologías que trataban de impulsar los cambios de la sociedad en años como los 60s y 70s hoy no son mas que vestigios de los fanatismos mas enconados que solo encuentran nido en las almas cuyo equilibrio entre el bien y el mal ha desaparecido. Las masas, ante el aluvión informático que la revolución tecnológica trajo consigo, hoy como jamas ocurrió antes en la historia, tienen en sus manos y en sus consciencias la certeza de que los cambios hacia sociedades mas justas solo vendrá de la mano del conocimiento liberador, y que los intentos de opresión no dependerá de lo que los poderosos quieran, sino de lo que los ciudadanos en UNIDAD y en MOVILIZACIÓN permitan. A. Balza

  4. Alberto Balza

    el 23/01/2016

    A la “revolución bolivariana” en Venezuela hoy por hoy la defienden 3 grupos muy bien determinados. (los militares no están incluídos pues la razón de su “defensa” es tan obvia que produce bostezos ponerse a explicarla) El primero, como todos muy bien lo entendemos, es el conformado por todo el funcionariado gubernamental que aparte de los cargos y puestos visibles que ostentan (ministros, gobernadores, directores de organismos, viceministros etc.) , son además los indirectos contratistas del estado desde empresas y compañias DE LAS CUALES ELLOS SON SUS PRINCIPALES DUEÑOS y que por medio de testaferros operan ampliamente, beneficiandose con las adjudicaciones directas que ELLOS MISMOS SE HACEN, via declaratoria de emergencias cuando los procesos de licitación han sido plagados con toda clase de vicios; el segundo lo conforman los familiares directos e indirectos y sus amistades muy cercanas, (los panas de toda la vida, y un grupito pequeñito de arrimados de último minuto cuya extraordinaria habilidad para la adulación al lado del elogio barato (JALABOLAS, HUELE Y PAGA PEOS les ha permitido tal sitial) de los primeros que, aprovechando sus naturales vínculos con éstos, unos han hecho igualmente fortunas por la vía de contratos con sus empresas de maletines recién compraditos, y otros (que carecen de habilidades comerciales y mercantiles) se han conformado con puestos aquí y allá y mas allá (cualquier carguito quince y último en alcaldías, gobernaciones, ministerios y demás institutos del estado, y otros en delegaciones diplomáticas cuyas vidas actuales muchos de ellos las llevan de fábula; y finalmente tenemos el 3ro: simples y pobres fanáticos que adoptaron a Chavez como su papá unos, otros como SU GRAN JEFE INDIO, otros como su dios, prodigándole a éste la fidelidad, lealtad y obediencia debidas según las características propias de cada una de esas 3 fuentes de “amor”, y otros, porque simple y sencillamente le tienen arrechera a alguien que es megasuperescuálido (algún vecino, el jefe de la empresa en la cual trabaja, un familiar lejano, o cercano: el papa, la mama, un hermano etc, etc, etc,) y nada mas que por MOLESTARLO Y NO DARLE EL GUSTO DE VERLO FELIZ si ganara la oposición, SON Y SERAN CHAVISTAS POR Y PARA SIEMPRE…Como vemos, todos, toditos, TODOS, tienen sus “nobles”, “altruístas”, “patrióticas” y “elevadas” razones para defender la “REVOLUCIÓN”…Y como ya en una ocasión lo había escrito: “antes, el que votaba por los adecos era porque odiaba a los copeyanos y el que votaba por los copeyanos era porque odiaba a los adecos, hoy quien vote por el PSUV es porque ODIA A VENEZUELA, pero a muerte!

  5. Alberto Balza

    el 23/01/2016

    El chavismo, en el ámbito político quedará en la historia de Venezuela como la expresión mas genuina del caudillismo del siglo 19 en pleno siglo 21. Un fenómeno producto de la incultura generalizada de un pueblo aún primitivo, ignorante e ingenuo que ve en el caudillo la solución a sus males. El chavismo como sentimiento, quedará en el corazón de todos aquellos venezolanos para quienes Hugo Chávez representó su salvador, protector, y para muchos su VENGADOR!. Para otros, un carismático líder que logró al inicio cautivar a millones con su talante del hombre fuerte, el “gendarme necesario” del que nos hablara Vallenilla Lanz, que llevaría a Venezuela por la senda patriótica de su perdido nacionalismo a la reconquista de su esencia como nación, recogiendo las amarras que el Libertador Simón Bolívar soltara en Santa Marta, para dar continuidad a su lucha por alcanzar el utópico sueño de la América unida en gloria y grandeza tantas veces postergado; para la inmensa mayoría en el presente, el mas grande traidor y farsante que la política nacional haya tenido jamás; el padre de la mayor tragedia social que hoy vive nuestro pueblo. ¿Cuánto nos falta a los ciudadanos de este país para alcanzar el nivel de consciencia que nos permita quedar protegidos para el resto de la historia de fenómenos tan perniciosos como los son el populismo, la demagogia y el caudillismo?, lo mas seguro es que se requieran décadas enteras para que Venezuela algún día lo consiga. De momento estamos como en el medio de ese transito pues las distancias entre lograr eso y el punto de partida hacia el desarrollo en el que alguna vez estuvimos por un breve momento, son equidistantes. Ojalá que al menos estos 16 largos años hayan servido para algo, para algo mas que solucionar la vida de unos pocos, destruir la de muchos y JODER LA DE TODOS!…ojalá.

  6. Neida Lovera

    el 23/01/2016

    Que iluso eres Jesus Castillo, dices que los chavistas se equivocaron y les costara su futuro, donde vives tu o es que no te has dado cuenta de que nos dejaron sin futuro.

  7. Alberto Balza

    el 23/01/2016

    El chavismo, en el ámbito político quedará en la historia de Venezuela como la expresión mas genuina del caudillismo del siglo 19 en pleno siglo 21. Un fenómeno producto de la incultura generalizada de un pueblo aún primitivo, ignorante e ingenuo que ve en el caudillo la solución a sus males. El chavismo como sentimiento, quedará en el corazón de todos aquellos venezolanos para quienes Hugo Chávez representó su salvador, protector, y para muchos su VENGADOR!. Para otros, un carismático líder que logró al inicio cautivar a millones con su talante del hombre fuerte, el “gendarme necesario” del que nos hablara Vallenilla Lanz, que llevaría a Venezuela por la senda patriótica de su perdido nacionalismo a la reconquista de su esencia como nación, recogiendo las amarras que el Libertador Simón Bolívar soltara en Santa Marta, para dar continuidad a su lucha por alcanzar el utópico sueño de la América unida en gloria y grandeza tantas veces postergado; para la inmensa mayoría en el presente, el mas grande traidor y farsante que la política nacional haya tenido jamás; el padre de la mayor tragedia social que hoy vive nuestro pueblo. ¿Cuánto nos falta a los ciudadanos de este país para alcanzar el nivel de consciencia que nos permita quedar protegidos para el resto de la historia de fenómenos tan perniciosos como los son el populismo, la demagogia y el caudillismo?, lo mas seguro es que se requieran décadas enteras para que Venezuela algún día lo consiga. De momento estamos como en el medio de ese transito pues las distancias entre lograr eso y el punto de partida hacia el desarrollo en el que alguna vez estuvimos por un breve momento, son equidistantes. Ojalá que al menos estos 16 largos años hayan servido para algo, para algo mas que solucionar la vida de unos pocos, destruir la de muchos y JODER LA DE TODOS!…ojalá.

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