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17 de octubre 2018

Por Silvana Aiudi

DE LA ESI SE HABLA EDUCANDO

Tiempo de lectura: 8 minutos

La Ley de Educación Sexual Integral 26.150 se sancionó en el año 2006 en un marco de políticas ideológicas y educativas que tuvo que ver con la ampliación de derechos. Desde ese entonces, todas las personas que se encuentran insertas en el sistema educativo de nuestro país en el rol de estudiantes tienen el derecho de recibir Educación Sexual Integral (ESI) en todas las escuelas del país de gestión privada o pública, desde nivel inicial hasta universitario, más allá de que se trate de instituciones religiosas o no. De esta manera, el Estado tiene como deber garantizar este derecho a través de los y las docentes.

Desde su sanción, la implementación de la ESI ofreció resistencias por parte de los docentes y las familias que desconocían de qué se trataba. A lo largo de los años, se ofrecieron capacitaciones permanentes para docentes, jornadas educativas, especializaciones gratuitas a distancia para que las valoraciones subjetivas no se confundieran con el de “la ética profesional”. Sin duda, desde una política ideológica de Estado distinta a la actual.

La implementación de este tipo de regulaciones lleva tiempo en el ámbito educativo: es un largo camino para rever los estereotipos propios y ajenos como, a su vez, encontrar formas de mayor inclusión, respeto por la diversidad y lograr desnaturalizar situaciones de violencia, bullyingo acoso que dificultan la convivencia escolar y social. Sin embargo, después de un proceso que llevó años, y por el que quedó evidenciado en congresos educativos, trabajos de investigación y estadísticas que la ESI es de suma importancia en materia de educación, aparecieron otra vez los obstáculos.

todas las personas que se encuentran insertas en el sistema educativo de nuestro país en el rol de estudiantes tienen el derecho de recibir Educación Sexual Integral (ESI) en todas las escuelas del país de gestión privada o pública, desde nivel inicial hasta universitario, más allá de que se trate de instituciones religiosas o no

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Este año, el debate sobre la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) puso en escena la insistencia en la Educación Sexual Integral (cabe destacar que muchos diputados y senadores desconocían de qué se trataba) para que no se aprobara la IVE. Pero esto no alcanzó. Salieron los grupos más conservadores, encabezados por una nueva derecha y apoyados por representantes políticos y religiosos, a reaccionar en contra de la ESI desde campañas que ya se hicieron en otros países de la región, como Brasil y Perú bajo las consignas #ConMisHijosNoTeMetas o #AMisHijosLosEducoYo, y que marcaron un retroceso.

El discurso retrógrado que circula actualmente e intentan instaurar, desde la mano de sujetos ideológicamente a favor de la dictadura militar como Nicolás Márquez y Agustín Laje en Argentina, entre otros, tiene que ver con esa extraña fantasía de que la ESI es lo que denominan “ideología de género”. En este sentido, se observan falsos argumentos que van desde que la ley arrasa con los derechos del niño hasta que se enseña a masturbar en la escuela o se pasa pornografía. Desde una moral conservadora y extremadamente artificial para el siglo XXI, estos grupos dan charlas que intentan convencer de que nos encontramos ante una “dictadura de género” que impone ideas. Bancados por instituciones, sobre todo privadas, dejan de lado la ampliación de derechos y no evidencian, en función de sus propios intereses, políticos, religiosos o económicos, lo beneficioso que resulta trabajar la ESI en la escuela para mejorar la convivencia escolar y social como también favorecer la inclusión.

Es, entonces, necesario aclarar algunos aspectos de la ley y cómo se procede en la escuela desde un programa cuyos ejes incluyen a estudiantes, docentes, familias, el barrio, las organizaciones sociales y los centros de salud.

 

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Mejor hablar de ciertas cosas

Se llama Educación Sexual Integral al espacio de enseñanza-aprendizaje que promueve saberes y habilidades para la toma de decisiones conscientes y críticas para el cuidado del propio cuerpo, las relaciones interpersonales y el derecho a la sexualidad. Es una obligación del Estado y Estados Provinciales tal como lo establece la Ley 26.150.

Para desmitificar los falsos discursos, sólo basta con observar los objetivos que contempla la Ley 26.150:

Incorporar la educación sexual integral dentro de las propuestas educativas orientadas a la formación armónica, equilibrada y permanente de las personas.

Asegurar la transmisión de conocimientos pertinentes, precisos, confiables y actualizados sobre los distintos aspectos involucrados en la educación sexual integral.

Promover actitudes responsables ante la sexualidad.

Prevenir los problemas relacionados con la salud en general y la salud sexual y reproductiva en particular.

Procurar igualdad de trato y oportunidades para varones y mujeres.

También, la ESI comprende contenidos de distintas áreas o disciplinas, considera situaciones de vida en la escuela y fuera de ella, responde a etapas del desarrollo y propone el cuidado del propio cuerpo. Esto último es, nada más y nada menos, que prevenir los casos de abuso desde la infancia.

A su vez, desde una Perspectiva de Género y Respeto por la Diversidad, que nada tiene que ver con una “ideología de género”, dictadura o imposición, los y las estudiantes son sujetos de derecho que pueden informarse. Las jornadas de ESI están establecidas en el calendario del Ministerio de Educación y se abordan los objetivos de la ley desde las diferentes materias en los distintos niveles. Cada jornada es informada a las respectivas familias por medio del cuaderno de comunicados y, en caso de ser trabajada transversalmente por el resto de las materias, los contenidos se encuentran contemplados en los programas de estudio avalados por el Diseño Curricular. Es decir: no hay manera de que las familias no se enteren de lo que se enseña a sus hijos o hijas. Y se habla de familia, pero hay que contemplar que muchos estudiantes se encuentran en situación de calle y con familias ausentes o que sufren violencia familiar.

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El riesgo de la desinformación

La tarea de la ESI es brindar información y ver qué se hace con ella. Por ejemplo, en materia de salud y prevención, según la SAGIJ (Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil), el 34.4% de los adolescentes no usó métodos anticonceptivos en su primera relación sexual. De ese total, un 47,4% por falta de información o información errónea. Otro dato tiene que ver con que el 4,2% de las adolescentes declaró haber sufrido algún tipo de coerción en su primera relación sexual. Sin contar con otros mitos que circulan como: “Durante la menstruación no podés quedar embarazada” o “Con el preservativo no se siente, se pierde la sensibilidad”.

Abordar la ESI también tiene que ver con aclarar el panorama a las adolescentes en relación con aquello que circula en las redes sociales. Por ejemplo, durante el debate de la IVE, aparecieron, de manera irresponsable, instructivos sobre cómo usar misoprostol y esto provocó riesgos de salud en las adolescentes dentro la escuela porque las estudiantes, siguiendo estos “consejos” de las redes sociales, se aplicaban el misoprostol ellas mismas sin seguimiento médico. Las redes sociales e influencers crean un malestar que se proyecta en forma de violencia en las instituciones. Todo esto es contenido por la escuela, lugar en donde reside la ESI, a través de jornadas, actividades o secuencias didácticas que orientan hacia la información y toma de conciencia.

Es por este motivo que la ley nada tiene que ver con los discursos que circulan e intentan imponer los sectores que relacionan esto con “ideología de género”. Nada tiene que ver con una “dictadura” que va en contra de los derechos. Al contrario, la ESI los amplía

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En el caso de prevención de abusos y la importancia de la ESI en este sentido, notamos últimamente cómo muchas de las adolescentes toman noción de que fueron obligadas o sometidas a situaciones no deseadas que no se animaron a denunciar. La carta que hicieron las alumnas del Colegio Nacional Buenos Aires y las denuncias por abuso y acoso sexual a las bandas de rock son prueba de ello.

Es por este motivo que la ley nada tiene que ver con los discursos que circulan e intentan imponer los sectores que relacionan esto con “ideología de género”. Nada tiene que ver con una “dictadura” que va en contra de los derechos. Al contrario, la ESI los amplía, pone a los estudiantes como sujetos de derecho y reflexiona sobre temas como la violencia de género, el abuso o acoso, las desigualdades, el respeto por la diversidad, la discriminación en pos de mayor inclusión, cuidado del propio cuerpo y mejor convivencia escolar y social. Propone un cambio cultural.

Los grupos que se oponen a lo que ellos llaman “ideología de género”

Los grupos de derecha, que se conocen como los opositores a lo que ellos llaman “ideología de género”, se caracterizan por estar en contra de la ampliación de derechos, en especial del colectivo feminista y LGTTBIQ, y a favor de los valores de la familia tradicional y patriarcal. Resulta difícil definir “ideología de género”. Ni siquiera ellos pueden. Aparece el concepto en forma de sinónimos como “dictadura” o “imposición”. Lo cierto es que se sostienen bajo un pensamiento fundamentalista que recurre a las Escrituras, muchas veces a la ciencia solapada por sus creencias religiosas, para promover una “moralidad”. Cabe destacar que esto no tiene que ver con puntos de vista, sino que se mueven con el fin de colocar un techo a los derechos humanos y se manifiestan desde nuevos discursos que no son más que formas homofóbicas y machistas.

En una entrevista que le hizo Mariano Schuster a Maxine Molineaux para la Revista Nueva Sociedad, la socióloga afirma:“No hay una entidad coherente que se describa como «ideología de género». El término es una amalgama de lo que los opositores a las ideas feministas no aprueban, que abarca los derechos LGBTI (especialmente el matrimonio entre personas del mismo sexo), la igualdad y la autonomía de las mujeres (especialmente sobre sus propios cuerpos / sexualidad)”.

Estos grupos se extienden desde una nueva derecha hasta los representantes evangélicos y católicos más conservadores, que incluso van en contra o tratan de convencer a evangélicos y católicos que cuestionan ese pensamiento retrógrado de su propia religión, como es el ejemplo de Católicas por el Aborto Legal. Se proponen como los guardianes de la estabilidad social, fundamentada en los valores de la familia patriarcal. Ahora, también, en Argentina, recurren a la ciencia y la economía para recortar derechos y manifestar discriminación hacia las mujeres y el colectivo LGTTBIQ bajo la palabra “adoctrinamiento” de género.

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Con respecto a la ESI, hablan de “imposición totalitaria estatal”. Si bien a simple vista puede entenderse que el término alude a algo disparatado, hay que prestar atención porque en otros países quedó demostrado que influyen en las leyes. En Perú, por ejemplo, la campaña #ConMisHijosNoTeMetas presionó tanto como para que la Suprema Corte de Justicia anulara el enfoque de igualdad de género en las escuelas durante el año 2017 y fueran destruidos libros en menos de seis meses porque, según ellos, proponían “homosexualizar a sus hijos”.

Para notar las falacias de esta nueva derecha conservadora es importante hablar de la Ley educando. Aunque en algo tienen razón: la ley prohíbe, sí. Prohíbe que exista “uno más fuerte” y que desde ese imaginario imponga su “propia ley” que juzga con peso y crea discriminación y violencia.

Defender la ley es entendernos en una sociedad más igualitaria

 Aquellos que nos encontramos en las aulas sabemos que el proceso y los cambios culturales son largos y con resistencias. Algunos datos, que cualquiera puede leer en la ley o jornadas académicas que están publicadas en internet al alcance de todos, evidencian que la ESI no hace mención de ninguna “ideología”, no promueve ninguna orientación sexual en particular, no enseña a masturbarse ni propone pasar pornografía en las aulas, no se “practica” a escondidas de las familias. Nada tiene que ver con lo que estos grupos conservadores hacen circular.

Resulta difícil definir “ideología de género”. Ni siquiera ellos pueden. Aparece el concepto en forma de sinónimos como “dictadura” o “imposición”

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La Ley de ESI amplía derechos, no los limita, trabaja la diversidad, evita reforzar estereotipos que causan violencia escolar y social, previene abusos y situaciones de violencia de género. Apunta a la integralidad y, en este sentido, “limita” no “aviva” porque ordena los datos desordenados que traen los y las estudiantes al aula. Es por esto por lo que es importante defenderla para lograr una sociedad más consciente de las estructuras de poder, igualitaria, inclusiva y con más derechos, en especial, en el momento político actual con el surgimiento de esta neo-derecha que se manifiesta.

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Comentarios

  1. Emilio

    el 18/10/2018

    Hay un error en la nota. LAS LEYES EDUCATIVAS SON PROVINCIALES, AUNQUE HAYA UNA LEY FEDERAL. La Provincia de Buenos Aires no adhirió. NO SE EQUIVOQUEN. La Nación no puede establecer normas que avasallen a las Provincias.

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